Si tuviéramos que reescribir el Génesis, supongo que diría algo así:
Dios creó los vegetales, luego enseñó al hombre a preparar ensaladas para que con sus propiedades alimenticias el hombre mantuviera un cuerpo sano y fuerte, una piel tersa y músculos bien construidos, pero llegó el diablo y proporcionó al hombre los aderezos cargados de colorantes y de saborizantes artificiales, ricos en grasas y en azúcares para contrarrestar los beneficios de las ensaladas.
Y Dios procuró que las patatas tuvieran propiedades energéticas y reguladoras para el consumo del hombre, con alto contenido de almidón y de vitaminas hidrosolubles, minerales y fibra, sin faltar una gran cantidad de proteínas, pero llegó el diablo y enseñó al hombre a preparar patatas fritas.
Dios proporcionó al hombre un par de piernas para que pudiera caminar, procuró que en la caminata el hombre ejercitara su ritmo cardíaco y la respiración, mejorando así la oxigenación de su cuerpo. Pensó Dios que de esa manera no habría hombres hipertensos, que el hombre no desarrollaría riesgos de arteriosclerosis al elevar sus niveles de HDL, (hipoproteínas de baja densidad, mejor conocidas como "colesterol bueno"). Procuró Dios que el hombre alimentara el espíritu durante su caminar al contacto con la naturaleza y el medio ambiente, pero llegó el diablo y creó los automóviles.
De igual manera, pienso que nuestro Génesis actualizado tendría que decir:
Y creó Dios la Cuaresma y la Semana Santa para que el hombre contara con un período de recogimiento y de oración, para que el hombre descubriera qué pecados hay en su vida y buscara el perdón generoso de Dios en el Sacramento de la Reconciliación. Pensó Dios en la Semana Santa como la gran oportunidad para que el hombre se detuviera un poco, para que pensara en serio, para preguntarse en qué está gastando la vida, para darle un rumbo nuevo al trabajo y a la actividad cotidiana, para abrir el corazón a Dios, para abrir el corazón a los hermanos, especialmente a los más necesitados, para morir con Cristo y resucitar con Cristo, para morir a nuestro egoísmo y resucitar al amor, pero llegó el diablo y creó las vacaciones de Semana Santa para distraer al hombre de esa meditación tan necesaria...
* En Cancún, costa mexicana del Caribe, costa que en estos días de vacaciones de Semana Santa luce saturada de vacacionistas.
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