... Y ahí estaba, atrapada en una prisión voluntaria, sin escape, sin salida. Todo lo k tenia era hermoso mas sin embargo faltaba algo y lo buscaba sin descanso por la única ventana a la cual tenia acceso.
Todos los días veía atravez de su ventana y pedía ayuda, una ayuda k ni ella sabia exactamente cual era. Veía pasar a las personas, unas felices, otras tristes, otras vacías mas nada la complementaba. Días soleados no eran suficientes. Días nublados turbaban sus sentidos desesperandola mas. Nada por hacer, solo seguir, respirar, vivir, continuar.
Al pedir ayuda, muchos curiosos se acercaban a ver lo k sucedía, nadie le tendía una mano, simplemente la observan gritar, unos se bufaba, otros la comprendian pero nadie la ayudaba.
Un día un hermoso príncipe se fue acercando, pues la escuchó y sintió pena por ella. La comprendió y prometió ayudarla. Ella estaba feliz, aun seguía en su prisión pero el simple hecho de k el príncipe estuviera ahi intentando salvarla le daba fuerzas para seguir. Esperó, escuchó y se entregó por entero a una esperanza imposible k el príncipe le ofrecía.
Los días pasaron, semanas, meses y todo seguía igual mas los sentimientos del príncipe se disiparon y prefirió ayudar a una doncella mas cercana. Ella llenaba las expectativas del príncipe con el hecho de ser libre para el.
Con honor y valentía el príncipe volvió a la ventana de la princesa atrapada y explicó lo k sucedía. Ella comprendió pues lo amaba sin condiciones y no queria verlo sufrir, no importaba su sacrificio, mas sin embargo su mundo se vino abajo, la ventana perdió importancia junto con la gente por la cual pasaba.
Ella seguía observando atravez de la ventana pero sus esperanzas habían sido asesinadas. Su grito de ayuda había sido silenciado por la voz honesta de aquel príncipe y asi en silencio se limitó a solo ver el tiempo y el mundo pasar ante sus ojos.
Se tuvo k sostener emocionalmente de lo k la aprisionaba. Agarrando fuerzas de sueños imposibles, viajes imaginarios, situaciones irreales y de una voz inalcanzable k hizo suya.
Cerca de ahí vivía un príncipe k nunca había escuchado a la princesa, nunca la había visto ni ella a el, pues ella se hizo indiferente a las miradas.
El príncipe no tubo k escuchar el grito de ayuda que la princesa había utilizado tiempo atrás con tanta insistencia. El pudo escuchar su alma, vió atravez de ella y no del cristal de la ventana. Sin promesas, sin palabras se entregó. Ella escéptica y asustada se resistió pero el le ofreció el cielo entero sin emitir palabra alguna, le dió una confianza inexplicable. Sus ojos eran claros como el agua y ella pudo leer atravez de ellos k el príncipe era sincero y sintió su honestidad.
Sera posible? Sera verdad? Estaré soñando? Estas y mil preguntas la invadían a diario pero los latidos de su corazón le indicaban k lo k estaba viviendo era real, no estaba equivocada y empezó a sentir una libertad k en años no sentía y la exitacion diaria de un sentimiento k confundía.
Aun en su prisión, el príncipe le regalo un par de alas para k pudiese salir volando, cruzar la ventana y reunirse con el. Ella regresaba puntual pero feliz. Gracias a el y a los momentos k pasaban juntos se convirtieron en una libertad inexistente pero exitante.
El final aun no se escribe, pues es imposible decir donde termina el infinito.
Cuando mi captor me da días nublados, el brillo de tus ojos ilumina mi corazón. Cuando hay tristeza en mi alma, tu voz me da la esperanza de seguir volando hasta ti.
Me has salvado! Me has liberado! Sos mi príncipe encantador!
(Lo triste de la realidad es k no existen príncipes encantados y kisas no existan princesas atrapadas, lo anterior es solo para alimentar una ilusión k provocará dolor y comprobará lo idiota k soy).
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