Hay algunos momentos en la vida que valen tanto la pena
ni en la memoria quedan,
las circunstancias son tan intangibles en ese entonces
que un beso es el único sello que no desvaría.

Hay en cambio otras veces donde el tiempo y el espacio
son sólo una excusa para poder aprovechar estas circunstancias
como sí en realidad fuesen las últimas de esta mano delirante
y simplemente dejamos que fluyeran como debió ser.

Pero, este es el caso presencial de la excepción,
donde unas almas alteran un rumbo vacío y sin cariño
y se dejan de lado los más profundos abismos del desespero
para poder vivir y ser ese algo que hemos ultrajado.

Ya la esencia deja de jugar un papel secundario,
la entrada al templo de los miedos ha sido derrumbada por ese único sello
que en medio de abrazos restringidos y palabras consoladoras
nos dio una razón más para no ignorar nuestras pasiones.

Y en cuanto más lo pienso, menos lo siento ¿Por qué? Por que
prefiero no pensar en lo que se viene más adelante, sólo quiero
sentir el calor de tu cuerpo al lado de mis más íntimos sentimientos
mermando el tambor imparable de las voces que se reprochan.

Con esto sólo quiero que sepas que Te Quiero y que
el “Big Bang” que nos despertó no ha sido en vano,
en cambio hemos ganado, ganado un respiro profundo en las
Palabras acalladas por años y los murmullos por compromiso.

Ya es hora de partir tan lejos que ni la luz nos acompañará,
pero, como siempre sólo es una pequeña parte del cambio inevitable,
ese cambio que nos llevo a la locura y esa locura
que nos sabrá llevar a un mejor lugar…


Con mucho amor...