Si me miras puedo ver el color de las martas,
Puedo ver el acento sincero de las rocas
Bermellón, inventadas solas.
Puedo intentar lo nunca imaginado,
Estar cerca de la gran roca
Que rodea la sombra de las tallas.
Es deseo mío aparecer en el lugar
Donde no se puede ver la niebla,
Y donde la emoción de los destellos
Embriague con su perfume
Todo lo que oigo.
Tu mirada puede hacer que la brisa
Que se ha estado llevando constante
Las sensaciones fugaces y bellas,
Dejen una huella.
Aguadulce, marzo de 2008
José María de Benito
Texto agregado el 16-03-2008, y leído por 126
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