LLega el líquido
cálido y deliciosamente amargo
a mis labios
(dulces de recuerdos)
trae vital
la esencia de un ritual
que me enseñas:
amoroso , tierno , con pasión
(siempre eres así)
al sorberlo
paladeo exacta;
tu vida y la mía fusionadas,
un instante perfecto,
un coloquio idílico
y ese mate compartido
es único,
revivido cada vez
que la "espléndida yerba"
viaja hacia mí,
como tu beso a mi boca
para regalarme la vida.
Aprendí de ti
a beber con placer,
a compartirlo sin egoísmo,
a mirar más allá de mi frontera,
a vislumbrar la luz en la ventana de la cordillera,
te voy siguiendo amor
con mi mate
y mis caricias:
una cita perfecta
a la hora precisa,
ni más tarde , ni más temprano
cuando el corazón lo diga.
Entonces
se completa el círculo
y la vida retorna a su lugar.