Después de escucharte tan mujer, fusión de sensualidad en el cuerpo e inteligente y deliciosa seducción tras las palabras, me reencontré con el deseo de vestir la desnudez de tu cuerpo con mi olor, para arrancar -sin tregua- los jirones de tus miedos de juegos de espejos entre lunas rotas...

Quiero contar -a besos- una a una hasta las pecas de tu sombra... Voy a seducir tus fantasías desatando con lengua, boca y ganas las cintas que cubren el cálido lago que celosamente encierran tus muslos desnudos... Necesito llenarte los huecos, pervertir tu sombra, amar a la puta y poseer a la santa... Tragar el vino de tus ganas que ya resbala por el vértice de tus piernas... Atarme al flagelo de tu cadera... convertirte en insaciable amazona de mi sexo mientras primitivamente me alimento de la arista de tus pechos y sacio mi sed con el sudor de tu espalda... abrazándome a tu cintura como si la vida me fuera en ello...