Ayer te vi de nuevo
Maravillosa, como siempre lo has sido
Quise acercarme para preguntarte algo
Y aunque te acompañe por un tiempo,
No me salió aquella pregunta…
Pero, “¿tú me odias ahora?”

Mientras caminábamos como hace un tiempo
Me pregunto, “¿Cómo me puedes seguir hablando?”
Cuando viéndote, un escalofrió me atraviesa la espina dorsal
Como si una espada cortara madera,
La sensación de todos los errores que tuve
Tonto por afán, mala intención o confusión.

Esa decisión impulsiva,
Influenciada por la oposición a romper un corazón
Y la impresión de que después lamentaría dejar pasar todo por alto,
Sigo pensando que en este momento,
Todavía me gustaría ser una exclusiva.

Y que para ti, tanto como para mí,
Las variaciones van desde el encanto hasta la desilusión
Donde ciclos interminables en los cuales,
La gran pérdida es ese precioso tiempo.

Porque ya me dado cuenta,
Que yo solo he querido darle la vida a una mujer
Y que nunca fueron binarias mis intenciones,
Pero en ello lastimare a alguien que no se lo merece,
Y ahora ¿Cómo puedo garantizarte mi fidelidad a ti?
Cuando ¡nadie me creerá después de que el cataclismo ocurra!

Quiero seguir convencido,
De que todavía pensarías en mí para algo más
Y que solo me castigas con tu indiferencia
Te acompaño en este momento y tengo tu confianza
No sé como te presentes mañana
Sé que no es seguro nada en lo absoluto.

Quiero decirte que todavía te quiero
Y que me gustaría que lo supieras de mis labios.