¿A vos te parece?, ¿resumir mi esfuerzo en un simple gataflorismo?
Es algo de no creer, las personas piensan que una imagen audaz sumada a una relación estable es sinónimo de gataflorismo evidente. Mas se equivocan, sí, claro está, pues una puede absorberse por completo a una relación, ser fiel y estable, socialmente una persona en pareja sin necesidad alguna de olvidarse de su lado sensible, apasionado, siquiera lujurioso. ¿O es que todas las novias son mojigatas?, y si son mojigatas, ¿qué hacen con sus respectivos novios?, ¿miran películas y comen pochoclos sin fantasear con un noche envueltos en sábanas, enroscados en sus propios cuerpos, saboreando cada centímetro del cuerpo del otro?...
Pues a mi las relaciones me excitan, me apasionan, me descubren, me enroscan y desenvuelven, me ponen patas para arriba…y me encanta. Y todo eso hace que más y más quiera liberarme de todas las ataduras y preconceptos que me impongo (y me imponen) y ser. Simplemente ser yo. Abrirme al mundo y dejar que me mire así como estoy. Desnudarme ante él y disfrutarlo.
¿Porque qué son los compromisos sino una hermosa forma de abrirnos y construir un presente cada vez mejor?, ¿qué es de una relación sino aquello que te eleva hasta el infinito, te deja caer y te atrapa antes de tocar el suelo?
Cada vez que inspiro lleno mis pulmones de aire cargado de vos. Mis alvéolos se hinchan y repletan con tu esencia; saborean con placer inmaculado el oxígeno que tu naturaleza les trae, la vida con la que los ceñís y río. Simplemente río como loca y sos feliz. Me hacés tan feliz.
Y todo esto por la módica suma de ser. Abrirme y ser. Todo esto con el terrible esfuerzo de aceptarme como soy. Todo esto por negarme y reprimir, a la vez, el instinto real de aceptar que el esfuerzo es el mío y la suma es tuya. O al revés, o así, o como sea. Es, no importa mucho más. Y es porque lo dejamos ser, tal como quiera, tal como deba suceder.
Un poco de esto, un poco de aquello y mucho, mucho amor.