Inicio / Cuenteros Locales / im_justy_a_girl / Revoloteando las mariposas...
Revoloteando las mariposas en una noche cualquiera, vaivén de emociones sacudidas en mi estómago con perfume de ti.
El delicioso olor de lo que me insita al sabor de lo prohibido, esa rara sensación que empieza y termina en vos.
Y tu mirada que aparece entre el desorden, y se hace UNA en la multitud que nos encuentra lejos el uno del otro.
Es el hecho de mirarte a lo lejos y encontrarme en el reflejo de tus pupilas que se acercan desde el horizonte.
La embriaguez testigo de los dos y nuestras palabras desordenadas, ansiosas de brindar con otro vaso lleno más.
De puertas a la mañana, con aires de resaca prolongada, los dos yendo por el camino que separados nos vió llegar.
Y caminamos cual si fueramos enamorados, más si tan solo tuvieramos una noche más bastaría para sentirlo quizás.
EL aire, el fresco del viento, todo junto sobre nuestros rostros que se miran, se sonríen y se invitan a algo más.
Y los labios ansiosos de tocarse, hambrientos por saborearse, dan paso a lo que han salido a buscar lejos de todos.
EL beso. Tu beso. Los besos. Esos besos. Solo Cortazar podría definirlos con la exactitud que necesito para ello.
Mis pensamientos. Raramente no sos mi ideal, pero si el hombre que mejor me ha hecho sentir en estos últimos tiempos.
Inexplicablemente una mirada tierna de por medio, una caricia profunda por entre mis cabellos y un nuevo comenzar.
El afán de que el momento no termine nunca jamás y que el sol de la mañana quede inmóvil en esa posición exacta.
Que los rayos que iluminan de a poco las ojeras bajo tus ojos sean los mismos que nunca me vean partir de allí.
Inmovil. Como si el tiempo hubiera sido detenido por las locas ganas de no perder un segundo siquiera de estar ahí.
Los abrazos. Las caricias. Los nuevos besos. Los atrevidos y los tímidos. Todos haciendo de las suyas singularmente.
Pero ni el tiempo, ni el sol, ni la resaca pueden detenerse, ni evitar prolongarse más y más. Momento de decir adiós.
Sonrisas. Risas. Tu figura se pierde por detrás de la arboleda. Yo me pierdo por la carretera, sin mirar el retrovisor.
Y llego a casa con la misma sensación con la que todo empezó: revoloteando las mariposas en un vaivén de vos, vos, y vos.
|
Texto agregado el 14-03-2008, y leído por 244
visitantes. (6 votos)
|
|
|
Lectores Opinan |
|
|
|
|
|
|
21-03-2008 |
|
Tierno!! que amor no es asi??
Besos y ***** duenodelsol |
|
| |
|
|
18-03-2008 |
|
Jajaj, entretenido, imaginable, cercano a la realidad de cualquiera, son detalles de lo cotidiano que puede suceder en alguna fiesta, joda , carrete, como quieran llamarle...me gusto . cibernauta |
|
| |
|
|
18-03-2008 |
|
Jajaj, entretenido, imaginable, cercano a la realidad de cualquiera, son detalles de lo cotidiano que puede suceder en alguna fiesta, joda , carrete, como quieran llamarle...me gusto . cibernauta |
|
| |
|
|
18-03-2008 |
|
mariposas en el vientre, en el bajo vientre y todas doradas en ese corazón enamorado divinaluna |
|
| |
|
|
18-03-2008 |
|
Me gusta la comparaciòn de la sensaciòn de sentirlo a èl con el revoloteo de las mariposas. doctora |
|
| |
|
|
Ver todos los comentarios... |
|
|
|
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|
|