Me reconozco en vos, somos tan iguales y tan distintas...tus ojos celeste claro se encuentran con los míos, castaños y grandes. Te miro desde arriba, parece una falta de respeto mirarte así, pero sos muy bajita...tu nariz recta, la mía respingada (nadie de la familia sabe de quién la saqué),tus piernas fuertes,herencia italiana,las mías flacas y largas como las del abuelo...y el mismo carácter tozudo y difícil que nos hizo adorarnos y pelearnos tanto...
Hoy estamos acá, abuela, vos en tu cama y yo a tu lado,sé que no te queda mucho tiempo,y me siento una tonta por haber dejado pasar tantos años sin verte...no puedo volver atrás para reparar el error de no haberte disfrutado más.
Se termina tu vida y no puedo parar el reloj.
Y te miro sin escucharte,disfrutando solamente del contacto de tu mano sobre la mía,una mano ancha de años de trabajo sobre mis huesos frios,que aprovechan tu amor para calentarse.