Cuando era niña siempre estaba rodeada de amigas y amigos. Por culpa de la mala compañía me quede completamente sola, no me quedaron amigos, me encontraba sola muy sola. Conocía a mucha gente pero nadie que valiera la pena para entregar mi amistad. En el amor me fue mucho peor, me pase la vida buscando algo que nunca llego y me olvide de lo más importante, de vivir mi vida. Tenia 23 años y nunca había conocido a un chico que valiera le pena, si que me habían gustado muchos chicos pero nunca ninguno se fijo en mi, tuve algunas relaciones pero no pasaban de dos días. Creo que eso era cosa de brujería. Mi vida cada vez era más penosa y yo cada día que pasaba me iba encontrando más sola. Lo probé todo intente integrarme varias veces en algunos grupos de amigos, pero cuando quería darme cuenta, pasaban por mi lado y ni me miraban. Actuaban como si no me conocieran y si tenia suerte me lanzaban una sonrisa.

Incluso los amigos cibernéticos me daban de lado, los primeros días todo muy bien, muchas platicas que duraban horas y horas pero llegaba un día que ya ni te saludaban y te dabas cuenta que ya no había nada de que hablar con esas personas, que aunque sean reales de carne y hueso, están muy lejos de ti y no hay nada físico, aunque no creo que eso sea impedimento para mantener una buena relación de mistad o de amor. Aunque yo nunca había creído en esas cosas, pensaba que todo eso tenia que ser imposible. Asta que me ocurrió a mí y entonces me di cuenta de que no es imposible, aunque sí muy difícil pero no imposible.

Todo era mágico, era una persona tan especial, él me hacia sentir única. Gracias a él supe que no todo estaba perdido, que había una oportunidad para ser feliz. Supe que era el amor gracias a él, por primera vez me sentí amada y entonces fue cuando conocí el verdadero significado de la felicidad. Durante tres meses nos llamábamos a cada rato, platicábamos por messenger. Y como un día me prometió viajo para verme, para sentirme, para adorarme. Fueron los días más felices de mi vida, fueron mágicos. Por primera vez un hombre me hacia sentir mujer y niña a la vez.

Aun recurado los besos y las caricias tan apasionadas que nos dimos, el olor de su pelo y de su piel. La silueta de su cuerpo en las sombras de la noche. Pase los días pegada a él, era como un sueño hecho realidad y cuando quise darme cuenta ya tenia que marchase, ya tenia que despertar de mi sueño. Y ojalá nunca lo hubiera hecho porque cuando se marcho, todo empezó a cambiar entre nosotros. El se volvió distante conmigo ya no me trataba igual, ya nada fue igual. Cuando quise darme cuenta el ya no formaba parte de mi vida aunque fue demasiado tarde para hacer nada. Él había conocido a otra que hizo que se olvidara de mí. Ya no era yo su ilusión ahora su ilusión era otra persona.

Me rompió el corazón en mil pedazos, juego con mis sentimiento pues mientras estaba con la otra a mí me juraba que yo era la única en su vida y que aún me amaba y nunca dejaría de hacerlo.

Ese día me di cuenta de que en realidad nada había cambiado por que aun seguía sola, no tenía a nadie con quien poder hablar y desahogarme, tuve que fingir estar bien cuándo me moría de dolor. Engañar a los demás es fácil pero engañarse a uno mismo es imposible.

Intente borrar todo recuerdo de él de mi vida pero fue inútil, casi lo consigo pero un día recibí una llamada. Era el arrepentido por todo lo que me había hecho, se sentía muy mal, decía que yo no merecía que me hiciera eso. Quería que le perdonara, que olvidara todo y fuéramos amigos. Como si fuese tan fácil olvidar algo así, en un principio me dio rabia. Pero en el fondo me hizo bien saber que estaba arrepentido de lo que me había hecho y que lo que vivimos juntos no fue una mentira. Yo aún lo seguía queriendo aunque no fui capaz de confesarle la verdad. Pero me conformo de tenerlo como amigo, aunque a veces deseo tenerlo en mis brazos y poder besarlo. Poder borrar todo lo que paso y volver a aquellos días tan mágicos que vivimos.

Aunque no debo pensar eso, porque conocí otra nueva mirada, conocí a un chico que ahora me hace sentir todo lo que él me hizo sentir una vez. Tengo miedo de volver a sufrir, mi corazón no lo soportaría, tiene ya tantas grietas que será imposible que sobreviva a otro golpe. Tengo miedo de entregarme ahora que mi corazón sé esta recuperando de las viejas heridas.

Si, mi corazón esta sanando, porque mi vida esta cambiando. Conocí a gente que vale la pena, gente a la que realmente vale la pena entregar mi amistad. Gracias a una persona que me introdujo en su vida, en su entorno de amigos que me considero uno de ellos. Gracias a esta persona es que estoy empezando a vivir, estoy empezando a conocer el mundo, a sanar mi corazón de sus heridas porque por primera vez, estoy empezando a ser feliz, la tormenta sé esta apaciguando. Esta empezando a salir el sol y sus rayos iluminan mi vida.

Pero sigo teniendo miedo de que algo pueda empañar mi vida de nuevo, no quiero volver a estar sola. Aunque a veces me siga sintiendo sola. Creo que lo único que me hace falta para completar mi vida es poder conseguir el amor de ese niño que me trae loca. Y ya va siendo hora que del paso, no vaya ser que pierda el tren por esperar, en la vida hay que arriesgarse, si no, nunca ganarás.