Una habitación, y el paisaje deshecho
No hay nada, y nadie es su habitante.
Bajo tierra, cientos de gusanos remueven la tierra sin sentido escrito.
Es la tierra infértil, que esconde tubos y deja el interés por sus raíces.
Ciudad del asco, vomita tu naturaleza y haz morir a quienes no te soportan sin cáscara.
Bajo tus carpas existe un cañón, y si desata su fuerza, las profecías serán ciertas.
Son bombas que estallan pidiendo estrellas.
Es luz, que ciega el escenario que más se aleja.
Millones de pisadas aplanan lo ya aplanado, y vuelven el suelo en piso, y la tierra en baldosa.
Es la comodidad de las morsas, que esperan tendidas el día de su muerte.
Son multitudes, vestidas y uniformadas, que nacen y no saben…
¿Qué no saben?...
¿Lo que yo se?...
No…
Son millones…nuevamente, que nacen sin recorrer,
la sala de partos se vuelve su tumba,
y su cuerpo… la incubadora.
Fetos doblados, esperando abrir los brazos para sanar heridas umbilicales.
El día que suceda, todos dejarán sus casas y alargar la vida quedará en el pasado.
Sufrir es parte del homo, y vivir es lo que nos hace.
Dejarse flotar es la danza y desaparecer la última música en nuestra oreja sorda.
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