…Y desplegué mis alas
Una tarde de invierno
Sobre el cielo infinito
Que iluminó la estancia.
Volé por un paisaje
De emociones inéditas
Tras la piel disfrazada…
Y sumida en la magia
De fugaces instantes,
Descubría miradas…
Las colmé de palabras
Jugando al escondite
Desde el alma desnuda
Con un diálogo mudo
Fundido en el aliento.
…Y me sentí gaviota
Sobre aquél mar humano
Absorto y expectante
Que seguía mi rumbo
En sepulcral silencio.
…Y bajé de de los cielos
Con sumiso aleteo
Para beber a sorbos
Y en gratitud confesa
Del manantial sonoro
De vuestras almas.




Dedicado a todos aquellos que me arropasteis de cerca y de lejos esa tarde,regalandome vuestra presencia y especial energía.Particularmente a mi madre porque ella,con su ayuda, me contagió confianza y seguridad.Gracias por estar a mi lado.