Y me sumerjo de nuevo. Me empiezo a perder en los colores de la multitud, en la corriente que lleva todo y no da tiempo de mirar el paisaje; en la corriente que arrasa con cada pensamiento cada sentimiento y los encajona a su gusto y no al de cada uno. Sigo siendo arrastrado, pero en ese trayecto logro ver el paisaje, logro parar, hacer un alto y mirar. Veo las mismas columnas, piso los mismos bloques de concreto que soportan el peso de la multitud. La música del silencio empieza a coger tono y volumen y rima con el aroma sobrante de la corriente, para componer una melodía de claridad, de paz. Es irónico, pero me siento estrujado por todo lo que pasó por los mismos bloques, sabiendo que ya no están. Paro. Mostio, llega de nuevo el sinsabor de la realidad inescapable, apoderadora, abrumadora que me deja sin aire, que me deja sin escapatoria. Salgo a flote, siento como mi cuerpo logra, a duras penas, aguantar la falta de aire, la falta de realidad. Aprovecho cada esencia de esa melodía que me lleva a analizar cada pedazo del trayecto, cada sentimiento desencasillado, cada expresión de un hombre sin razón.
Cada vez necesito mas del aire… entre detalles y sonidos, veo como un haz de luz, pasa en frente mío. Se fue. Ya no la puedo tocar más, ya no me puede dar más aire en la superficie. Se escapo a distancia y por la distancia. Oh cruel distancia, que me impides montarme en el haz de luz para navegar sin barreras por todo el horizonte, sin tiempo, ni hora, ni edad, ni distancia….Éramos infalibles, veíamos como todo se cuadraba y como ya no necesitábamos respirar del mismo aire que la multitud…. Solo navegábamos sin cesar, sin horario, sin leyes ni limites. Pero pienso que fue toda esa distancia que recorrimos, la misma que hizo que te escaparas y que tuviera que caer al duro bloque del piso, causándome un dolor, aparentemente eterno, que algún día, no muy lejano cicatrizara.
Y miro de nuevo, de forma borrosa, la columna, el árbol, y oigo como la melodía va perdiendo su ritmo y como voy sumergiéndome de nuevo. Personas, eventos, cosas importantes me van empujando hacia abajo, y siento como vuelvo a llenar mis pulmones del mismo aire de la multitud, al mismo aire, la realidad.