¿A donde huyó el amor que me tuviste?
¿que ha sido de aquellos días en los cuales reíamos alegres de nuestras tonterías?...
Duermo contigo, despierto a tu lado, comemos juntos y aún así me siento tan sola, tan vacía, llena de una soledad que me consume y me hastía.
¿Es que acaso la felicidad no estaba hecha para el día a día?
¿Es que unirnos fué lo que nos mató?
Hay días en los que deseo correr y correr y que mis piernas no se detengan hasta llegar al mar más cercano, para sentarme en su orilla y contarle de mi tristeza, en tierras tan lejanas, puede ser que el oleaje lleve, a la isla de la que vine, la pena que embarga a mi corazón...
Y es que el mar es uno solo, es único, es irrepetible, es ancho e inacabable...por eso siempre comparé nuestro amor, con el mar, gran error,el mar sigue ahí; íntegro, inmenso, insondable y nuestro amor, o mi amor, pues creo que el tuyo sucumbió hace mucho, va menguando poco a poco.
Y aún asi, cuánto te amo!!!
Aquí estaré sentadita a la orilla de mi amado mar, esperando el susurro de las olas que me indique cuando es el momento ideal para sucumbir en sus aguas y dejarme abrazar por su frías corrientes hasta llegar de nuevo a mis cálidas playas.
Solo hundiendome en el mar podré arrancar de mi alma todo lo que he sentido por tí.
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