El velo de lo cotidiano cubriría su avergonzado rostro, escondiendo ese sentimiento de culpa al que ella estaba ya habituándose. Su silueta se bañaba de la luz del amanecer, sus remordimientos desaparecerían una vez más y todo volvería a la normalidad en unas pocas horas. No era la primera vez, ni tampoco sería la última, en que se dejaría atrapar por las tentaciones de una noche de pecado. El próximo mes, en el mismo mall, habría otra venta nocturna.
Jota
Texto agregado el 11-03-2008, y leído por 247
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Lectores Opinan
21-04-2008
es morbocillo.. jeje.. me gusta cómo invita a pensar en otro tipo de pecados nocturnos. quevivaeldulcedeleche
20-04-2008
Buen relato, cortito pero bueno. margarita-zamudio
10-04-2008
Ayy los remordimientos que malos son!!!!!, pero se vuelve a repetir ... verdequetequieroverde
04-04-2008
No se necesitan más palabras para contar una vida. margarita-zamudio