EL MUNDO DE LOS SUEÑOS


Los laberintos insondables, parecen conducirnos por extraños caminos, misteriosos, turbulentos, mágicos, indescifrables. La irrealidad de fantásticas caídas a grietas a las que nos conduce una rara y frenética fuerza en voluptuosos giros de infinito delirio. Monstruos de horrible aspecto, los mas hermosos o inimaginables placeres mezclados sin tiempo ni espacio. Puedes llamarlos sueños o pesadillas, pero todos pertenecen al mundo de lo irreal lo fantástico, fuera de todo alcance de lo entendible por la realidad urbana despojada de fantasías.
En este mundo, el mundo de los sueños, estoy solo completamente alejado de la comprensión de amigos o enemigos, sin disposición de compartir el mundo de mis sueños con algún ser curioso o entrometido. Tengo todas las puertas cerradas con un hermetismo absoluto, para librarme de los curiosos los impertinentes, aduladores o cínicos. Puedo contar algún sueño, compartirlo, pero eso no significa dar entrada a ese mundo mágico, privado, solo es mostrar algo sin dar sitio a la pertenencia.
Nunca supe en que momento o como ocurrió el descuido. ¿Una puerta quedo franqueada sin llave o cerrojo?.
Si fuera un poeta diría que entro por el corazón, si fuera un mítico diría que el misterio rondo en su inclusión. Pero en la realidad, esa sonrisa suave, esa mirada leve, ese andar de gracia, esos gestos de ángel, esa forma delicada en cada palabra la convierten en polizonte de la mente. No es una mujer hermosa, es común, simplemente normal, pero en cada instante, se mete en la sangre, terminando en el delirio irreverente de los habitantes imaginarios, siendo parte real de mis sueños, de mi mundo privado. Cuando digo que es parte de ese mundo es porque esta en el mundo real y en el mundo imaginario, conoce cada secreto y finge ignorarlo. Sueño y conoce mis sueños.
Soy su esclavo lo sabe pero no me somete, espera que sea el amo, yo no puedo serlo porque tengo miedo, tengo el miedo de los esclavos, la incapacidad de los esclavos, la falta de valor de los esclavos, la falta de decisión de los esclavos. Miedo de perderla en mi inseguridad de esclavo.
En el mundo de los sueños soy el hidalgo caballero, el héroe intrépido que avasalla, el poeta que dibuja con la palabra, el pintor que alumbra en una pincelada con luces de colores y filigranas.
En el mundo de los sueños la conduzco con voluntad a subir en un cometa y de lo mas alto arrojarnos en paracaídas besándonos en la inmensidad del azul del cielo, la siento temblar en mis brazos, no de miedo sino por el vértigo que da la pasión. En el mundo de los sueños sin decirnos nada, un día de invierno bajo la lluvia, nos descalzamos y corremos bajo el agua para acaparar el frió y luego correr junto a la estufa y tendidos sobre la alfombra calentar la piel de nuestros cuerpos. En el mundo de los sueños escuchamos el repicar de las campanas de la vieja capilla, sin vernos corremos, llegamos juntos y arrodillados nos abrazamos frente a Dios.
En el mundo de la realidad, la ansiedad impulsa mis pasos y cuando llego junto a la vieja capilla estoy solo.
En el mundo de la realidad corro bajo el agua mientras el frió taladra mi ser y nadie me da calor. En el mundo de la realidad, cuando llego a tierra, ella se ha ido, cansada de esperarme, cansada de no escuchar mi voz de hidalgo, cansada de esperar mis besos que no llegaron por mi cobardía de esclavo.
En el mundo de los sueños las lagrimas son pesadillas, se convierten en torrentes en cascadas y se agotan.


En el mundo de la realidad, la vida es un páramo desierto, desolado, de grandes baldosas resecas, de tierra partida, resquebrajada y estéril, un mundo de nada.
Quien no pude ver esto es porque nunca a amado.
Ya no vivo, ya no soy un hombre, solo despojos, un muerto que vive sin sentidos. Los de mi madre me sostienen, busca médicos, curanderos y adivinos. Alguien le dice que me despierte. ¿Como despertar a quien no esta dormido?. El amor de mi madre lentamente me saca del letargo, me regresa al mundo de los vivos.

Pasaron algunos años, no me quedaron recuerdos ni sueños, solo olvido. Un hombre distinto, ni triste ni divertido, vivo la noche sin amor, con mujeres y vino.

Un día Carmen llega a mi vida. Es hermosa, alegre y vive conmigo la vida.
En el mundo de la realidad saltamos de las alturas y en el inmenso cielo nos besamos temblando...no de miedo ni de frió. Bajo la lluvia y en invierno, descalzos cruzamos la calle, nos refugiamos frente a la estufa, mientras nuestros cuerpos desnudos se calientan y se va el frió.
Suenan las campanas de la vieja capilla.
Este casamiento será distinto. Sin corceles ni carruajes.
De dos calles opuestas caminamos, llegamos juntos a la capilla, arrodillados nos besamos, luego detrás llegan los padrinos.

Dos casamientos hubo ese día.
El segundo.. la mujer que me hizo esclavo. Olida se llamaba. También se casa justo ese día.
¿Por qué hoy, y en esta capilla?. Los sueños no estaban muertos solo dormían.
No quiero pensar en ella, quiero alejarla que no vuelva a mi vida.
Volamos con Carmen a una isla perdida.
-No demores te espero abajo para la cena-
-Iremos juntos-
-No te espero-
Quería comprobar el orden de nuestra mesa, las rosa el vino las velas. Baje con prisa.
...No puedo creerlo, en un rincón estaba Olida, me senté de espaldas, para no verla, para que no me viera.
Se acerco a mi mesa, sonreía con gracia, con picardía, guardo silencio, me miraba, se acordaba de mis locuras, de mi cobardía.
Subí a mi cuarto, Carmen no estaba lista, saque de un saco una cajita. Baje esperando que ya se aya ido, esperando que no se aya ido... la verdad no sabia.
Me senté frente a ella, le di mi presente, cerré los ojos...no se lo que esperaba...Que se quedara o se fuera Olida. Sentí llegar a Carmen, se acerco a mi oído, me dijo con dulzura, serás feliz.
Al abrir los ojos, frente a mi estaba con una llave de oro en las manos Olida.
Bendije a Carmen, mujer perfecta, que reemplazo en mis sueños a Olida. Me mostró dos casamientos cundo solo uno se llevo a cabo aquel día.


Orlando
08/03/08