. . . . TORMENTA MEMORIA. . . .
(con relámpagos de evocación…)


Asiendo centuriones, la memoria
arde inconsciente
sobe la calle.

Se asfixia la tarde entre nubes grises
y una fina llovizna se derrama
y roza la ventana con rumores
de tristes melodías postergadas…

El cielo baja la escalera,
dobla la esquina
para encerrarse en silencio
detrás de la cortina.

Al mirarlo, me viene la vertiente
que desencadenaba tu mirada
y el recuerdo despliega pergaminos
que me cuentan una historia olvidada,
consumida en las páginas que ardieron
en la hoguera-abandono de la carne:

En quemadas corolas nos perdimos
y entre sueños, alegres fulguramos.
Esta noche, entre la lluvia
me pareció encontrar aquel bosquejo,
ciego tifón de ternezas
bajo el sulfúreo palpitar de las ventanas,
que marchitó en la noche de cobalto
al despertar del sopor,
cuando al fin desnudamos nuestros nombres.