Lejos...
Como aquellas manos
que ya no tocan
ni siquiera al viento...
como los volcanes
que no paran de mirarse,
de velarse el sueño...
como el recuerdo,
antaño que agoniza
al filo del olvido...

Ser de polvo,
infinitésima partícula
flotando en el viento,
sobre el mar del sueño...

Nada
de lo que tengo
me pertenece...

Nada
de lo que deseo
permanece...

Lejos...
Surcando arenas,
libertando caudales...
Añorando burdas lejanías,
divisando nuevos faros,
descerrajando oleajes...

De los puertos memoriosos
zarpan los barcos
vacíos, ebrios...
sin rumbo.

La noche
es helipuerto de insatisfacciones,
cedazo de ajaduras...
Laguna congelada por el tiempo,
pleamar de insomnios...