Intercambio. El sudor dejó de brotarle de entre los poros. La sombra lo abandonó después de un estruendoso sonido. El corazón dejó de latir en medio del intercambio. Y con el último reducto de energía que le quedaba. Sólo atinó a decir; no veo de esté ojo. Sandy Valerio.
Texto agregado el 10-03-2008, y leído por 140 visitantes. (0 votos)