**MARCOS…MARCOS…MARCOS…**
PERSONAJES:
Marcos (propietario)
Carmen (sobrina)
Pancracio (policía)
PANCRACIO:
.-Buenos días. ¿Vive aquí don Marcos?
CARMEN:
.-Si, aquí vive. ¿Qué ha hecho ahora?
PANCRACIO:
.-Quisiera hacerle unas preguntas, si puede ser.
CARMEN:
(Volviendo la cabeza) .- ¡Tío, preguntan por ti!
MARCOS:
(Entrando en la sala) .-Buenos días. ¿Qué se le ofrece?
PANCRACIO:
.-Buenos días don Marcos. Ocurre que en la casa de la finca que usted vendió, reformando la chimenea, se ha encontrado un paquete de cierto valor. ¿Sabe usted de que se trata?
MARCOS:
(Extrañado) .-No tengo idea. ¿De qué me habla usted?
PANCRACIO:
.-Pues le diré que soy depositario de dicho paquete, y que contiene una cantidad importante de dinero. ¿Es suyo?
MARCOS:
(Con asombro) .-¿Dinero? Yo nunca oculte dinero en la chimenea. Se hubiese quemado cuando la encendía. ¿Y se puede saber de cuánto dinero me habla?
PANCRACIO:
.-Aproximado a cinco millones. ¿Confirma que no es suyo?
MARCOS:
.- ¡Cinco millones! Pues… la verdad… no es mío.
CARMEN:
(Con mirada codiciosa, y apremiando) .-Tío, ¿de verdad que no recuerdas haber tenido ese dinero, de esconderlo en algún sitio de tu casa? Piensa… piensa (dirigiéndose al policía.) .-Perdónele usted. Ya, por su edad, la memoria le flaquea. Si ese dinero estaba allí, seguro que es de él.
PANCRACIO:
.-Don Marcos, demasiado ingenuo fue el albañil que se lo encontró y denunció el hecho, para que también usted haga lo mismo. ¿Cree que si esto hubiese llegado a mis manos, no vistiendo el uniforme que llevo, habría entregado el hallazgo? Me habría callado y no se lo digo ni a mi sombra. Bueno, don Marcos, piénse. Me iré y vendré mañana a hacerle las mismas preguntas.
MARCOS:
.-Intentaré recordar. Pero me intriga que estando en la chimenea no se hubiese quemado.
¿O no estaba en la chimenea?
PANCRACIO:
.-En concreto, se hallaba tras los bloque que formaban el hogar, y al estar bastante aislado del
exterior, tal vez por eso no le llegaba el calor. Bueno, ¿tiene que pensarlo o ya lo tiene decidido?
CARMEN:
.- ¡Vaya, tío! Y decías que tus padres no te habían dejado nada de herencia. Lo que no me explico es como tenían oculto tanto dinero, con las miserias que pasaban. Serian los ahorros de toda su vida. Tú sabes que tu padre murió de repente, del corazón, según dijo el médico. Pensaría decírtelo a su vejez. No teniendo recursos, no te irías de casa, y trabajarías su finca.
PANCRACIO:
.-Bien, ¿lo acepta?
MARCOS:
(Marcos niega con la cabeza) .-Ese dinero nunca fue mío y no lo acepto. Y no es por orgullo ni rencor. Hagan lo que quieran con él.
CARMEN:
.-Tío, eres de lo que ya no queda…
PANCRACIO:
.- Y yo que me consideraba íntegro…
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