De nuevo me dispongo a cazar la palabra perfecta, escogida, al azar de mi cuchara,un conjunto de letras, revolotean, se escurren las más significativas, por su inquietud en el caldo de la vida. Y queda la mezcla más inestática, vacias de sabor y significado.
Observo una vez más, dicha combinación y solo veo letras desordenadas en busca del significado perfecto.
No hayo más que palabras confundidas, perdidas o ahogadas en el caldo de la vida.
Sigo dando vueltas y vueltas, a la sopa ya fría de letras desalineádas. Intentando ver una señal donde solo hay caldo y letras....
Mis ojos ya vizcos de seguir el movimiento circular de mi cuchara, intentando marear a las letras, me dicen basta!
Y yo sigo, mareando a las letras, estas marean a mi vista, cojo la cuchara pensando entre mi, esta es la mía, y zas no hay palabra perfecta, ni combinación con sentido que de algo de significado a todo lo recorrido.
Y sigo sentada, dando vueltas y vueltas, al caldo de la vida, ya fria, desordenada y carente de significado.
Y sigo observando, las letras confundidas, sigo tragando palabras perdidas e insulsas de vida.
Ya mi cuchara se siente mareada, las letras ya las veo desplomadas, de tantas y tantas vueltas, y la sopa ya fría.
Sigo sentada en la mesa, sin dejar que las letras se detengan, decelero el ritmo del revoloteo, pero sigue constante en su movimiento...
Hasta que las letras más avispadas, se reunen en el centro de mi cuchara, firmes y estáticas, intentando darme el siguiente mensaje:
NO HAY PALABRA PERFECTA SIN UNA COMBINACION PERFECTA
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