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Inicio / Cuenteros Locales / Elrelator / Tú y yo en moto a 140 km/hr.

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Por Elder Hernández

“si existe el tiempo, es hoy… si acaso hay vida, solo es esta, si existes tu, existo yo…”
La barranca
“Porque la vida es ahora”
De la publicidad de las tarjetas visa

Las personas que me conocen me preguntan que se siente ser escritor. Yo les digo cualquier cosa que se me ocurra. Es verdad que yo escribo, pero no se si algún día, me pueda llamar escritor. Y no lo digo porque no se me pague por esta actividad, sino porque a lo mejor, inconcientemente prefiero decir que practico el ejercicio de escribir, pero solo para ahorrarme el mal sabor de boca si se me considera “mal” escritor. Yo solo puedo describir eventos. Imaginarios o reales. Y dada las circunstancias de mi vida, hay momentos en los cuales no se distinguir entre la realidad y la ficción. Y así comienza esto, no tenia pensado perderme en esas chaquetas mentales que formaron parte de mi edad veinteañera, así que decidí tomar mi moto y recorrer la ciudad. Porque también de una cosa estaba seguro. Necesitaba vivir nuevas experiencias para que mi todo creativo explotara (es una especie de incandescencia. Como si un brote calórico me acercara a el, por medio de mi interés y yo intentara sacar palabras de “eso” que me hace escribir, me estoy clavando lo se). Pero por lo pronto tenia que salir a comer y dejar de pensar esas tonterías. Como tenia un buen varo (por la demanda que gane, ¿recuerdan?) decidí ir a comer al restaurante PAXIA. Este lugar tiene una maravilla de carta. De la llamada cocina de autor, sus platillos describen perfectamente un perfil nacionalista, aunado a una estilización de vanguardia. De primer tiempo pedí, CRUJIENTES DE PULPO CON GUAJILLO Y SALSA EMBORRACHADA EN PULQUE. De segundo, PATO AL MOLE NEGRO CON ARROZ ENVUELTO EN HOJA DE TOTOMOXTLE y de postre una NATILLA DE MAMEY. Yo estaba embelesado con esos sabores. Pague mi cuenta y salí de ahí saboreando todavía el retrogusto de lo que había comido. Me subí a mi moto (es una motocicleta deportiva italiana. La marca APRILIA, es de color negra con rojo y de 600 cc). La encendí. Metí primera y solté el clutch lentamente volteando hacia mi izquierda para meterme entre el trafico (manejar moto es muy fácil. En tu pie derecho esta el freno trasero, en tu pie izquierdo la palanca de velocidades que se cambian subiendo el pie hasta 6 veces. En tu mano derecha el freno delantero y en tu mano izquierda el clutch). Meto segunda. Meto el clutch para meter tercera. Volteo hacia mi derecha y un auto me rebasa. Sonrió y acelero otro poco dejándolo atrás mientras observo que voy a 100km/hr mientras meto la cuarta velocidad. Voy sobre una avenida lo suficientemente ancha, para que ningún carro me estorbe y acelero sin misericordia. Meto el clutch y pongo la velocidad en neutral y freno lentamente para detenerme en un semáforo en rojo (en tu pie derecho esta el freno trasero ¿recuerdas?). Y ahí detenido, recuerdo que traigo mi IPHONE y que tiene un disco de BJORK. Me pongo un audífono solamente en mi oído derecho. Pongo su canción VENUS AS A BOY. Y cuando volteo hacia mi derecha para ver al conductor de un camioneta enorme color blanca, me doy cuenta que es una chica preciosa. Una niña que tiene la sonrisa de un ángel. Le sonrió ligeramente a través de mis lentes NAUTICA retro color café. Y un aire me lleva hasta mis fosas nasales la nueva loción que me acabo de comprar FRESH ATTITUDE de GIVENCHY. Volteo hacia el semáforo y de nuevo hacia la chica. Le hago una señal con las manos de una posible carrera. Ella se ríe y se ve hermosa (estoy en el sur. Donde la mayoría de las chicas están así de guapas. Y en ese momento pienso, que ya es hora de irme a vivir por ese rumbo tambien). Me dice con la cabeza que no y el semáforo cambia a verde. La volteo a ver con cara de malo y acelero. Meto segunda. El clutch primero y después tercera (de pronto, acelero fuerte pero sin soltar el clutch, solo para que el estruendo de mi poderosísima maquina se escuche a la redonda). Saco el clutch lo suficiente mente rápido para que llegue a los 80 km/hr. Giro la cabeza hacia mi derecha y la chica me ha alcanzado. Me voltea a ver como si no le importara. Acelero, y me meto al carril de la izquierda. Al de alta, y llego así a los 100 km/hr. Volteo por el retrovisor y la chica viene detrás de mí. En el primer semáforo en rojo se para de nuevo a mi derecha. Pero con su vidrio abajo. Le digo sin ninguna pena que voy a la condesa. Que si no tiene ningún compromiso la invito a tomar un café. Le digo adonde voy a llegar (café LA GLORIA). Que si quiere la espero en ese lugar. Ella sonríe como pensando que decir. Y no me dice nada. Se pone el verde y le digo, casi gritándole, que ahí la espero. Meto primera y acelero dejándola atrás de inmediato. Y así metes tercera y después cuarta. Volteas hacia la izquierda y no hay nadie que te impida meterte al carril de alta de nuevo. Vas rápido, metes el clutch de nuevo, y el aire pega en tu mejillas, y en tu oído derecho suena BIG TIME SENSUALITY de ese maravilloso disco DEBUT. Volteas por el retrovisor derecho y no hay carros detrás de ti. Sonríes recordando la risa de aquella chica y te imaginas platicando con ella. Pero antes de imaginar de más, sacudes la cabeza rápidamente metes el clutch y sacas las velocidades bajando el pie cuatro veces. Frenando al mismo tiempo con tu pie derecho, justo para detenerte cuando la canción en tu oído termina. Bajas los dos pies para sostenerte y relajas tu cuello. Volteas a ver la hora en tu reloj DIESEL VINTAGE color café y plata. Es temprano y te preguntas que vas a escribir. Demasiados pensamientos te hacen sacudir de nuevo la cabeza y concentrarte en llegar al café donde te quedaste de ver. Te acomodas una mochila color café que tiene tu laptop MAC color blanca. Y empiezas a recordar por donde tienes pensado moverte para escribir a tu personaje. Tiene que ser directo. Que lleve al lector de aquí para allá, adonde tú quieras. Que tenga pocos espacios. Y que sepa como moverse en esos mismos espacios. Que no dude. Que su papel sea activo. Para que así el lector le intente seguir el paso. Y por eso tiene que ser alguien inteligente. Evocado hacia su conciente. En un periodo del movimiento en el aquí y ahora total. Y así aceleras de nuevo al ver que el color rojo cambia al verde. Metes primera en seguida segunda, después el clutch y despues tercera. Y el aire te pega en la cara y a pesar de haber comido ya, recuerdas el sabor del queso CAMEMBERT que sirven en el café donde vas a llegar. Aceleras de nuevo, vas a 140km/hr. Y metes cuarta volteando hacia tu derecha y hacia atrás, sin pensar -y sin ver- que un camión, a tu izquierda, se acaba de pasar el alto mientras en tu oído derecho se escucha VIOLENTLY HAPPY. Y así volteas al frente solo para abrir los ojos aún más. Todo acabo.

Texto agregado el 10-03-2008, y leído por 194 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
10-03-2008 Supongo que buscabas la ironía, pero nunca llegó... Aristidemo
 
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