Recostado veo a lo lejos lo más oscuro,
aunque fuese una gran ola no me levantaría,
sé que su reventar será mas allá y por mí pasará como leve onda,
me alzará y flotaré muriendo,
será el fin más suave, que dejará mis aposentos en una roca.
Desde ahí divisaré el valle, limpio de criaturas, arbustos y piedras,
seré un ave, y mi plumaje cambiará con los días,
no buscaré agua,
y si sucede…dejaré de volar,
me volveré rastrero, y alimentaré mi cuerpo de tierra blanda.
Llegará el momento y mi forma se compondrá de anillos,
así ondularé para bajar al centro,
y seré lombriz, esperando el río.
Si nuevamente me inundo,
coceré mis párpados y me armaré de ventosas,
viviré sin concha,
avanzando lento para no apurar la muerte.
Al final de la temporada me reharé seco,
y de mis brazos pequeños saldrán hojas,
para que una tarde sin sol, dos mujeres coman de mis frutos.
Se acabará el segundo edén,
donde la reproducción y los antepasados serán cosa de libros.
Es la última generación, que se derrumba viendo mi paso,
ya que termino postrado como gran ola,
avanzando lentamente a quien no quiere alzar su llanto.
Seré la distancia oscura que raya el horizonte
Seré la misma ola que me arrasó sin muerte.
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