Es lindo eso de vivir en la cabeza. No confundir con vivir en las nubes; debe ser distinto porque mi psiquiatra me dijo que tengo los pies bien plantados en la tierra, (también me dijo que soy paranoica).
Yo me instalo en cualquier butaca improvisada y veo pasar mi vida como una película; (“mi” vida?, que raro, nunca me identifico con la protagonista).
Reconozco que es desesperante este aislamiento de mi ser con el entorno y mi memoria se suicida todos los días. Para qué corno me voy a molestar en experimentar y recolectar vivencias si ni siquiera recuerdo qué cené ayer.
Por eso atesoro las horas en papel, mi revelado mental es perecedero.
Me es grato re-descubrir una foto y decir: mirá vos! eso hice?
Mi presente lo exploto preocupándome por las cosas que me pueden salir mal en el futuro, (además siempre es más lindo al verlo de lejos). Dejá que pasen las cosas por inercia; no te vas a andar preocupando en disfrutar ahora, total con los años idealizamos a las personas idas y las escenas se tornan más brillantes y felices, viste? Para qué me hice mala sangre en mi infancia, yo que fuí “tan desdichada”, si ahora siento nostalgia por volver... la puta! qué bien que la pasé!
Me olvidaba. Acá me tengo que presentar?
No voy a extenderme en descripciones personales sobre mi persona -me miento a mí misma- (también a mi psiquiatra, por eso dejé de ir). Te la hago fácil: agarrá uno de esos libritos sobre “niños índigo” (guarda: ya tengo 30) y leé sobre sus intereses. Después a todo eso: atrofiálo.
Esa soy yo. O creo que soy. O quiero creer que soy.
Si querés compartir algo que refleje esamiradanuevaquenoeslaaceptadaportodos avisáme. Agradeceré ser menos ermitaña.
Perdón, ahora me despido. Tengo mucho que leer.