Inicio / Cuenteros Locales / veraDEmar / Lo escrito no es lo que se lee.
Así te le parés enfrente, estrechés su mano. Palpés su frente.
Así indagués sus ojos y aún así él te mire y te hable.
No es él. No digás conocerlo.
Pero no solamente no es él: no está ahí.
El está suspendido en algún lugar, en el aire de ideas de la palabra. Encrucijado en borradores de hojas sueltas y tinta reseca. En las voces viejas que retornan ecos perdidos.
Estático, colgando del derrumbe del tiempo, el torrente fluye a través de él y pasa y él queda. Disperso en su desierto, ahogando el mar de los cuentos dichos. Divagando madrugadas borrachas de conciencia. Deshilacha palabras y enhebra fábulas que esperan entre líneas. Se suicida de fracasos y sale ileso.
Curvando el horizonte de lo presente, se inmortaliza en la realidad virtual de la red donde leo sus pasos. Y justo ahí, donde se trasciende, lo encontrás.
ESE es él.
Así que no me digás quién es.
Cómo te cuento?
Cómo explicarte la distancia generacional. Cómo preguntarle la ignorancia que nos distancia...
Así es y vuelve a cambiar...
Acá estamos infelices porque nos falta ser.
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Texto agregado el 08-03-2008, y leído por 112
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