Te estuve buscando. Ahora es hora de irme, desde lejos me llama la aventura agitando su mano como un familiar antiguo désos que viven en Brasil. Cómo te imaginas y lo sabes -lo sabes todo siempre- no te hallé, y te estuve buscando. Las nubes rosadas son como corales en este mar de asfalto, en esta ciudad líquida. Te estuve buscando. Y estas son nuestras anémonas de miedo. Quería encontrarte y te busqué sin tregua, pero ahora debo irme. Anémonas, corales. Debo irme.
Texto agregado el 29-03-2003, y leído por 313 visitantes. (4 votos)