Él intentó escribir, pero la tinta no quiso deslizarse sobre el papel, él decidió dibujar, mas no pudo comenzar aquella imagen prometida, los colores nunca quisieron detenerse y rasgar aquella hoja, nunca quisieron sentir la piel de los recuerdos, nunca quisieron decir la verdad desestimada…
Él pensó en ella, sólo un instante, recordó su piel, sus cabellos y no quiso escuchar nunca más, como si el recuerdo de esa mujer fuera una hoja, la tomó entre sus largos dedos, arrugando con fuerza los sentimientos, y su propio corazón…Sí, el había decidido olvidar…
Y fue así como lentamente, paso a paso, se olvidó de sus letras, borró su nombre de sus pensamientos, rompió con furia las cartas que contenían las palabras que lo dañaban y nunca más la nombró…él piensa que fue una decisión acertada, que fue valiente y enérgico, pero más allá de las palabras esconde un pequeño dolor en sus labios, eligió simplemente esconderse, guarecerse de los retos, y dejar al tiempo recorrer su propio camino…
Y mientras él se esconde bajo un manto de olvidos racionalizados, aquella mujer odiada y llevada al viento lo recuerda constantemente, anhelando su piel día a día, deseando leer nuevamente sus tibias palabras; la lluvia la cubre tratando de limpiar aquel dolor, pero sus lágrimas laceran noche a noche su triste tez…
Él quiso ser sólo uno, no deseó ser dos, el no pudo con el amor, y triunfó la razón…él decidió no beber de los labios de esa mujer, que lo hería porque reflejaba sus propios miedos….
|