Serenata Cordobesa
Me miro en el espejo
ensayando sonrisas,
evocando momentos,
invadida de pronto
por hermosos recuerdos,
mientras, desde el patio,
un rasguear de guitarras,
y una voz melodiosa,
indican que se aprontan
para una serenata.
De balcones vecinos
se escuchan las risitas
de las mozas novieras,
cuyas sombras inquietas
se asoman y se ocultan,
seduciendo al cantor.
Es noche cerrada,
se engalana Córdoba
con mágicas luciérnagas
Y se enciende en el recuerdo
mi cálida emoción.
Mientras la serenata,
se eleva galante y pura,
en todo su esplendor.
Ya se escuchan los ¡Gracias!
ya las niñas se muestran,
desde sus balcones,
arrojando tiernos besos,
al poeta cantor.
Y yo sigo peinando
mis pálidos cabellos,
ensayando sonrisas,
suspirando recuerdos,
traídos por el sonido
de tan bella canción.
María Magdalena |