El errante
tropezó
con un relojcillo de crepúsculo
que yacía en la ardiente arena
Hubo sangre
fragmentos de huesos y pensamientos
vagos recuerdos en evanescencia
microscópicos deseos
mucha, mucha hambre
Y un alma tan muda como la roca
encubierta en un naufragio interior.
Texto agregado el 06-03-2008, y leído por 89
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
06-03-2008
que belleza.
el lenguaje que utilizas es de mi particular gusto..felicidades guero
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