POEMA PARA MI MUERTE
Montserrat se mira al espejo,
con ademán distraído coge su pelo y lo acomodó a un lado,
Mira a la extraña del espejo con curiosidad,
es una mujer bella, algo pálida, de facies cansadas,
pero de un brillo misterioso detrás de de las tupidas pestañas.
Será feliz? …será amada?,
Su semblante no deja traspasar ni un dejo de emoción,
Intenta entablar comunicación,
pero solo se encuentra con un rostro impávido.
Desiste y la deja ahí, solitaria enmarcada en la pared.
Se aleja a pasos cortos y lentos sin poder dejar de pensar en ella.
De alguna manera le recuerda alguien,
no sabe quien,
pero en el fondo de esos ojos marrones hay un dejo familiar.
que le trae a la memoria momentos especiales.
Camina con desgano, con la sensación de haber perdido,
de haber olvidado algo,
Quizás deba volver, se dice,
- a veces hay que obedecer los pálpitos del corazón -
le decía su madre, cuando siendo pequeña le enseñaba a ser bruja..
De pronto si saber como se encuentra caminando sobre sus pasos,
Con un ansia incontenible, vibrando hasta la ultima célula de su ser,
Se asoma temerosa, vacilante, sin comprender, sin poder ordenar sus pensamientos
que fluyen como locos, como guiados por una fuerza extra corpórea, fuera de si.
- debo tener calma – se dice,
Se asoma de nuevo, como dándole una oportunidad a la vida,
pero no esta!!...la mujer no esta!!
La desesperación la invade y la recorre entera,
pero no esta!!
Recorre la habitación en un vuelo arrasante una y otra vez,
Pero no esta!!
Enloquecida, llena de pavor se lanza a la calle,
sus ojos se posan aquí y allá sin control.
Y entonces la ve, una y otra vez, la ve…
Postrada sobre la acera, tendida, entregada.
Su cuerpo ondulante, lechoso,
derretido sobre un manto rojo rutilante
le provoca ternuras infantiles.
Quiere correr a sus brazos, protegerla,
pero no puede,
un dolor salvaje le desgarra el alma y la aniquila,
…no puede,
Un huracán de imágenes la envuelve
la arrastra, la succiona,
llevándola en un vértigo indescriptible,
hasta la ultima neurona de sus recuerdos.
Sonámbula hasta la inconciencia
se acerca despacio, la toma,
se aferra la hace suya
… y se deja volar.
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