Solo recuerdo que me desperté con un sabor raro en la boca. Alguno de los que estaban conmigo detenido me decía que había pateado e insultado a una mujer. Fue en Barcelona, ahora no me acuerdo entre que estaciones. Iba escuchando música, ó hablando por el celular, no me puedo acordar en que estación subió esa sudaca. Después, como siempre me pasa, luego de estas cosas que no me acuerdo, me avisaron que había insultado a esa zorra e inmigrante de mierda y la pateé en la cara. Tendría unos quince ó dieciseis años. Estaba sentada sola. Si no quisiera creerle a mis compañeros, igual está todo filmado. Pero ese no soy yo.



Ahora lo están pasando por la tele e internet. Dicen que es ecuatoriana. No me importa lo que veo. Así hay que hacer con estos que se vienen, como todos esos negros de Africa, que arriesgan sus vidas, viniendo a robarnos trabajo. No van condenarme, porque muchos piensan como yo. Solo que yo me animé a hacer lo que ellos tienen ganas de hacer y reprimen. Le dicen racismos, xenofobia, póngalen el nombre que quieran; en unos días voy a estar libre, aunque un montón de estúpidos me van a gritar por la calle y vendrán con todas esas cosas de los derechos humanos...


(a Norman Mailer)