No puedo explicar, no puedo comenzar, me pica intensamente la piel, se enrojece día a día al recordar aquel momento…no pude hacer nada cuando los gusanos lo invadieron completamente, llevándose memorias, marcas, llevándose poco a poco su blanca piel; ellos escalaban por su cuerpo, invadían su mente y corazón, ¿será verdad que no ha quedado recuerdo alguno?...así pasaban los días, yo sólo podía observar de lejos aquella inolvidable imagen. Así como se deslizaban los minutos, se alejaba kilómetros de mí, cada vez era más difícil observarlo, pero podía sentir de forma precisa cómo sus expresiones, sus anhelos, su suave voz, su dócil cabellera caían a pedazos lentamente…
La última ocasión en que pude divisar su rostro, este se hundía en una profunda oscuridad…sabía que me podía observar, mas yo no podía moverme, y mientras intentaba guardar su última mirada, figurillas indistinguibles se cruzaban en el camino, quemadas por el abrasador calor que habitaba este triste infierno…
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