Es difícil afirmar que el vacío puede llenarlo todo, pero así es…….
Cuando Aakthon se dejó caer a los abismos de Bratjhas, en su caída sintió el primer golpe contra las rocas y vio su sangre teñir de verde las paredes del peñasco, el dolor de su cuerpo despedazado le reveló su destino…el esperaba oír el canto de las sirenas, pero recordó que en Oprahis no hay sirenas ni “cirellas”…
Siglos después despertó, se vio vestido con atuendos celestiales y arrodillado ente aquel….aquel que resucitó al tercer día…aquel le dijo, levántate, tu tiempo en Oprahis ya ha terminado, ahora comienza otro tiempo para ti.
Aakthon se puso de pie, se asombró al ver que sus vestiduras ya no eran las de un demonio ocultando a un ángel abandonado, sino que eran las vestiduras de un ángel con la armadura de las celestiales batallas….
Aquel que resucitó al tercer día, le dijo, te he llamado para dirigir mis ejércitos…al lado de Gafhrel…ese es tu destino, por eso te envié a Oprahis, para que en ese lugar forjaras tu espíritu guerrero…
El demonio respondió…ya estoy aquí, y espero te arrepientas, por que a mi ya no me interesa…envíame al campo de batalla, y te aseguró que puedo entregarte muchas victorias, pero ya no tengo ganas, estoy cansado y te lo advierto, si me envías a frente, solo lo haré para revelar tu posición y verte caer, ya no me interesa esta guerra.
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