Empezaba a sentir la tibieza de otras mañanas en mi cuerpo, desee estirarme, buscar la forma de atrapar más luz, más calor, lo hice lentamente, sin prisas, al ir desplegando mis pétalos, un mundo maravilloso se mostraba ante mí, la luz del sol aunque perezosa aún , me desvelaba un encantador mundo, ladeé mi delgado tronco, mil colores, mil formas, extasiada contemplaba todo lo que me rodeaba, me estiré mas , ahora podía como aquel lugar se extendía, mostrándome un horizonte lejano con miles de flores como yo; de pronto escuche unas risas, una voz entre ellas se alzaba más fuerte ¡ callad, no escandalicéis! La asustareis, hemos de presentarnos ante nuestra joven hermana, darle la bienvenida a la vida, yo pregunte asombrada ¿sois mis hermanas? Soy como vosotras? Volvieron las risas y de nuevo la que parecía ser la mayor me dijo, si eres nuestra hermana pequeña, pero no eres igual, eres mucho más bella, más alta, tu aroma es más fresco, y tus colores son tan espectaculares que deslumbras, yo me quedé mirándolas y dije apesadumbrada, ¡pero si somos blancas, no hay nada especial en nuestros colores, ni en nuestro aroma!, mira alrededor, hay flores increíbles, de colores maravillosos, tomados del arco iris, recuerdo haberlo visto , cuando aún era un pequeño botón, sin pétalos, ¿Cuál es nuestro nombre? Ella me respondió Margarita, y no somos menos bonitas que las demás, somos quizás más sencillas en nuestras formas y colores, pero tenemos algo que no tienen las demás, muchos amantes vienen a preguntarnos por el futuro de su amor, y aunque perdemos la vida en ello, les contestamos, les hacemos felices o desgraciados, y eso querida hermana es un privilegio que otras flores no tienen, nosotras probablemente vivamos en este lugar durante toda nuestra existencia, mientras las demás tienen muchas probabilidades de ser arrancadas ¡tan solo para decorar, ¡ así que quítate esa idea de la cabeza y vive feliz, respira el maravilloso aire, recibe el calor del sol, el fresco de la noche, el rocío de la madrugada, nota el aleteo de los pájaros junto a ti, el posarse sobre ti de un insecto, siente , vive, es lo que debes hacer.
Tenía razón mi hermana mayor, la vida era bonita, vivíamos con toda la intensidad, aprovechábamos cada rayo de luz, cada gota de agua, reíamos y jugábamos sin cesar, sin embargo un amanecer vi algo en mi hermana mayor, no le quise preguntar a ella, así que en voz baja le dije a una de mis compañeras, ¿Que le ocurre hoy?, parece triste, sus pétalos están ajados, le falta luminosidad a su blanco, ella la miró y me dijo, nadan lo normal, le queda menos vida que a nosotras, ella nació antes, ; aquello me dejó pensativa, no me había parado a pensar en la muerte, no se me ocurrió pensar en esa cuestión, solo me había preocupado de vivir tal y como me dijo mi hermana mayor, así que me acerqué a ella y le hice todas esas preguntas que me inquietaban en ese momento, ella tras escucharme sonrió , acercó una de sus hojas a mi tallo acariciándome con ella, me hizo cosquillas y me retorcí riendo, ¡ eso has de hacer! Reír pequeña, la vida es así, mira hacía tu raíz,¿ ves ese gran tallo? Es la planta de donde todas hemos nacido, es fuerte, sólida y nacerán mas, todas moriremos y todas renaceremos, es un ciclo de vida natural no has de preocuparte por ello, cuando yo haya muerto, tendrás mas hermanas, no estarás sola nunca, y cuando te llegue tu hora, habrás vivido ya lo suficiente como para entenderlo así .
Y efectivamente así sucedió, vi como sus pétalos se arrugaban, caían, su tallo de doblaba hasta quedar tumbado en la tierra, pero tal y como ella predijo, yo ya había vivido lo suficiente como para entenderlo, nacieron mas, margaritas, pequeñas a las que había que cuidar, pequeñas que necesitaban reír, a las que había que enseñar, como ella lo hizo conmigo, así discurrían mis días, yo estaba en plenitud, mi tallo fuerte, mis hojas de un verde brillante, intenso, mis pétalos blancos atraían insectos que me causaban cosquillas al posarse sobre mi , desde mi altura dominaba gran parte de aquel lugar, vigilaba a las pequeñas, tomaba el sol con mis hermanas de igual edad o similar a la mía ,no volví a pensar en la muerte, no había necesidad de ello, vivía feliz, tal y como ella me recomendó.
Cada noche me plegaba y cada mañana con los primeros rayos de sol , desplegaba mis pétalos, mostrando a la vida orgullosa mi hermosura, sin embargo una de aquellas mañanas algo inesperado ocurrió, una mujer caminaba pensativa entre la hierba, se sentó en una roca y empezó a llorar, yo asombrada la observaba, supe que aquello que resbalaba por su cara era un amargo llanto, pues ya lo había oído contar a las mas mayores, era extraño contemplar aquella escena, su pena me embargaba, pero no podía hacer nada, sólo se me ocurrió acercarme ayudada por una suave brisa, estire mi tallo todo lo que pude hasta rozar su cuerpo, mis hermanas se escondían y me pedían que hiciese lo mismo, no entendía porque, yo quería que la mujer encontrase alivio contemplándome , y ella se volvió a mirarme, me miraba sin dejar de llorar, sus lagrimas me mojaban, poco a poco empecé a entender lo que ocurriría, ella me arrancaría de la planta, me desojaría, y luego me tiraría al suelo, pero no me importaba, tarde o temprano mi corta vida llegaría a su fin, y este además era un fin para mi especial, diferente al de la mayoría de mis hermanas, un fin digno de una de esas flores que llenaban el lugar, aquellas que estaban protegidas, aquellas que tenían colores maravillosos y aromas deliciosos.
Por fin la mujer se percató de mi presencia, toco con mucha suavidad mis pétalos, se acercó y aspiró mi aroma, yo me sentía orgullosa, feliz, pero de pronto sentí un fuerte tirón, el primer dolor que sentía en mi corta vida, supe que me habían separado de la rama que me unía al resto de mis hermanas, miré como se alejaba aquella hermosa rama cuajada de preciosas margaritas, yo me alejaba de ellas, el dolor ya había desaparecido, pero me apenaba separarme de ellas, sentía en mi débil tallo la fuerza de sus dedos sujetándome, luego se sentó, se quedó mirándome , algo similar a unas gotas de lluvia empezaron a mojarme, en cada una de esas gotas yo sentía el dolor de aquella mujer que me sujetaba, acaricio mis pétalos con sumo cuidado, mientras me hablaba en un lenguaje que yo no comprendía, pero del que emanaba una gran pena, intenté deslumbrarla con el blanco inmaculado que tenía mi flor ella empezó a sonreír levemente, parecíamos haber conectado en algún momento, espacio, o dimensión.
Me llevó a un lugar, debía ser su rama, me puso en un recipiente con agua y me sentí renacer, el tibio sol de la tarde se colaba por algún lugar alcanzándome de lleno y me sentí feliz, ella parecía no estar ya tan triste, así pasaron días, una mañana ya no ví el sol, sólo notaba su calor, noté como la mujer me acariciaba, me sacó de aquel sitio, me dejó apoyada junto a su cuerpo, donde podía oír el latido de la vida que se me escapaba, cuan bonita había sido mi existencia¡¡¡, había conseguido restar algo de amargura a aquella mujer con mi hermosura, luego sentí que mi vida se apagaba, y mis recuerdos se hicieron presentes, recordé todos esos día vividos en este lugar, la comunicación entre ella y yo, sus gotas sobre mis pétalos
FIN
PD. Su cuerpo reposa en un libro de poemas, nunca la olvidaré
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