No sé que voy a hacer conmigo si no puedo hablar contigo, me lo dijiste, lo sé, pero yo y mi maldita costumbre de no asumir las cosas hasta que las tengo encima, ahora te vas y mi frágil universo de alas de mariposa de miles de colores se desploma con tu andar, a cada pisada que se articula con el correr del tiempo, del maldito e inútil tiempo.
Mis lágrimas no caen, pues ya se han transformado en rabia y no puedo olvidar, más bien no puedo olvidarte.
No sé si para tí, pero para mí, no es tan simple, nada es simple, siempre complico todo y sin embargo, me gusta ostentar de mi simpleza y locura, de mi despreocupada y extrovertida personalidad.
Me averguenzo de sentir esto, porque me da miedo, me das miedo, me infunde miedo tu manía de decirme que no quieres quererme enserio.
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