Esta es la historia de un lector cualquiera, que un día encontró un texto cualquiera donde vio reflejada una sociedad cualquiera.
Nuestro protagonista iba caminando por una calle cualquiera y de repente descubrió la mañana, una mañana cualquiera del octavo mes, del año tercero, de la época propicia y el momento oportuno. Y descubrió que principalmente la mañana estaba compuesta de expresiones y sensaciones poco descriptibles y más bien interminables.
Aparte de esto, pudo descubrir también que detrás de la mañana se escondía el sol, pero ésta era tan transparente que dejaba pasar su luz, y era por esto que el sol no podía pasar desapercibido.
Siguió caminando y mientras meditaba lo sucedido, se encontró con el sonido del viento, era precisamente como se comentaba en los tiempos antiguos, no se podía coger, ni siquiera ver, pero se sentía tan cerca como lejos, y tan fuerte como sensible.
Así, experiencia tras experiencia empezó a descubrir que su sociedad cualquiera, tenía algo especial, y pensó para sí, no puede ser cualquiera, hay algo que la hace distinta, pero ¿Qué es?
Y fue así como empezó a indagar por el propósito de este escrito, propósito que no lograba definir, ¿era acaso el escrito la descripción de ese enigma secreto que contenía su sociedad cualquiera que la hacía diferente?
Tal vez si, tal vez no, lo que podemos decir es que Ante todo, ésta mágica experiencia le sirvió a nuestro amigo para tomarse un momento de diferencia, y en ese momento descubrió que era esa diferencia la que hacía que cualquier cosa dejara de ser cualquiera… si, como lo lees y aunque suene enredado es simple.
Ese hombre cualquiera adquirió un nombre, una raza, una nación y empezó a ser alguien, en cuanto a la sociedad, ésta cambio por si misma, bastó con que el hombre hiciera la diferencia.
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