Variación 1:
Como te estaba diciendo, fue muy inesperado. Nadie se imaginaba que a esa hora de la tarde alguien podría hacer algo así. A plena luz del día. ¡Qué locura! Pablo estaba allí, me contó todo lo que pasó, pero se dio cuenta cuando el resto de la gente también se percató del incidente. Estaban esta mujer, muy linda según Pablo, con su hijo de la mano. Se pararon en el carrito que vendía pororó, el que está en la esquina de la calle Patricias Mendocinas y la Peatonal Sarmiento, ¿te ubicás? Pablo estaba esperando el trole que va al parque, ahí no más de donde estaban ellos. Mientras que ella pagaba y hablaba con el vendedor de pochoclo. Un pibe de no más de 18 años caminaba disimulando hacia la cartera de la señora, se la sacó y salió corriendo. La mujer empezó a gritar, su cartera había sido robada. Pablo reaccionó tarde, como el resto de la gente. ¿¡Podés creer que nadie lo persiguió!? No sé dónde están esos policías en bicicletas cuando uno los necesita. El pobre pibito estaba a los gritos llorando de lo más desconcertado. Qué feo que te pase eso. A mi mamá le pasó el año pasado, estuvo un par de meses paranoica con lo que le ocurrió. Después vino la policía, tarde como siempre, y le hicieron un par de preguntas a Pablo, porque, pobre justo estaba ahí. Por eso se perdió el fulbito. Ahora cuando vuelva lo llamo a ver como anda, hasta podríamos pasar por su casa, ¿ te parece? O sino, pegale un llamadito, no tuvo un buen día el pobre. De paso preguntale si se prende para el fútbol del jueves en la noche.

Variación 2:
No me gusta ir al doctor. Me aburro porque siempre tenemos que esperar como dos horas o más hasta que nos atiendan.
_Mami , ¿cuánto falta? Me quiero ir.
_No mucho, ya nos van a atender.
Pero hay algo que sí me gusta de ir al doctor, y eso es que mi mamá me compra todo lo que yo le pido. Bueno, no todo, casi todo.
Esta vez fuimos a otro doctor que me gusta más porque tiene confites en su oficina y una pecera con muchos peces de colores. Mi mamá me prometió que si me porto bien me va a comprar cinco paquetes de figuritas de los pokemon.
Vamos caminando por la peatonal, no sé por qué hay tanta gente en frente de aquel edificio enorme y blanco.
_Mami, por qué hay tanta gente?
_No te preocupes, no están contentos con algunas cosas y protestan. Ya vas a entender cuando seas más grande.
Todo es para cuando sea más grande. Yo soy grande, voy a pasar a cuarto el año que viene.
_Agarrate de mi mano Agustín, no me sueltes que vamos a cruzar la calle.
_Mami quiero pororó. Dale, hace mucho que no como pororó.
_Esta bien.
Mi mamá es la más linda del mundo. El señor del pororó no me gusta. La está mirando mucho a mi mamá.
_Mami, mami, mirame, mira como como pororó por la nariz!
_Agustín ahora no. Espera un segundo que le termino de pagar al señor.
_Son $3, pero para usted señora son $2.
Mi mamá es re lenta. Quiero ir a la plaza a meter las manos en la fuente. Me encanta el pororó. Me encanta venir al centro.
_Mami, ¿por qué no venimos más seguido a la peatonal? ¿Podemos ir a los jueguitos después de ir a la fuente?
_Bueno, ya vamos a ver.
Un chico le sacó la cartera a mi mamá. Nos robaron.
_Bua! Bua! Mamaaaaaaa!
_Mi cartera!!! Me robaron mi cartera! Que alguien haga algo!!!
_Me quiero ir. Se me cayó el pororó. Bua!!!

Variación 3:
En el día de ayer 12 de diciembre a las 18 hrs. un sujeto no identificado asaltó a Victoria Arallas en pleno centro en la ciudad de Mendoza, entre las calles Patricias Mendocinas y Peatonal Sarmiento. La victima iba con su hijo, un menor de nueve años, quien resulto ileso al igual que su madre.

El delincuente sorprendió a los presentes. No se esperaba un robo a metros de la Legislatura Provincial. La policía interrogó a varios testigos que se encontraban en el lugar del incidente, sin embargo, no hay evidencia alguna. El asaltante aprovechó el momento en que la victima le pagaba a un vendedor ambulante, para robarle su cartera que contenía documentos personales y cinco mil pesos.

El prófugo, descripto como un posible menor, aun disfruta de su libertad como tantos otros. El índice de delitos en la ciudad de Mendoza ha seguido en aumento en los últimos meses, ranqueando como la segunda ciudad más peligrosa a nivel nacional