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Inicio / Cuenteros Locales / Ringu / KOGEM - Capítulo 2: Rostros desconocidos

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Capítulo 2: Rostros desconocidos

Sus pupilas se dilataron intentando buscar un punto de luz, mientras agarrando fuertemente la mano de su novio sentía un nudo formarse en su garganta.

-Ruy, ¿Por qué...?

De pronto un sonido la interrumpió y sobre la puerta de salida una luz de emergencia rojiza apareció, iluminando el resto de la habitación en la que se encontraban.
Seguidamente gracias a ello observaron a su alrededor. Al parecer estaban en un especie de pequeño recibidor con otra puerta tras sus espaldas, pero esta no era como la robusta de metal sino una más bien normal, con un redondo pomo para poder abrirla. También, situada en una de las esquinas, una pequeña cámara de video digital les filmaba con atención.

-¿Y ahora que hacemos?-Preguntó Regina.
-Supongo que tendremos que seguir adelante-Respondió él, agarrando la maleta y subiendo unos pequeños peldaños hacia la puerta paralela.

Girando el pomo esta se entornó y dejó a su paso la imagen de un alargado y oscuro pasillo que parecía no tener fin

-¿Por qué tiene que haber tan poca iluminación?-Preguntó ella mientras avanzaba con precaución tras su novio.

A ambos lados todas las habitaciones se encontraban cerradas y, continuando por el estrecho corredor, llegaron hasta la última puerta frontal que daba fin al pasillo.
Cuando sus dedos acariciaron el pomo con la intención de girarlo de repente la puerta se abrió y una chica de ojos azules apareció frente a ellos provocando un mutuo sobresalto.

-Ho- hola…-Dijo ella intentando recobrar el aliento- ¿Sois los últimos?-Preguntó.
-¿Los últimos?-Repitió Ruy.
-Sí-Dijo la chica apartándose de la puerta y dejando a ver lo que contenía la habitación. Los ojos de Regina se abrieron iluminados al observar asombrada algo que le hizo temblar sus propios esquemas. En su interior, una gran habitación con una cúpula cubierta y oscurecida simulando el anochecer formaba una playa artificial, compuesta por mar, palmeras y arena. Dentro de ella un grupo de personas sentadas en círculo con una fogata en el centro se incorporaban dirigiéndose hacia ellos.

-Pero ¡que pasada!-Dijo Ruy entrando e introduciendo su calzado en la arena.

Las paredes que formaban aquel gran y circular espejismo estaban perfectamente decoradas. En uno de los extremos, donde acababa el camino de arena un pequeño terreno de agua cubría media sala, haciendo semejanza a las olas del mar. El cielo cubierto por estrellas resplandecientes dejaba a la escucha un sonido de costa, mientras una cálida brisa mediterránea circulaba por la habitación haciendo ondear las hojas de las palmeras.
Ruy empezó a saludar a los demás concursantes. En total- contándose a si mismos- eran diez personas agrupadas en cinco parejas . La chica con la que se encontraron se llamaba Edurne y estaba casada con Abel. Él era un hombre albino, alto y robusto que tan solo verles entrar se les acercó sonriente a saludarles. La siguiente pareja a la que se presentaron fueron Samuel y Rose, estos eran de Francia, se ve que como les ocurrió como a ellos: vieron el anuncio para entrar a concursar colgado en Internet y decidieron probar. La tercera pareja estaba formada por lo que parecían ser dos Españoles, Naiara y Javier, los cuales no paraban de charlar alzando lo voz considerablemente a causa de la emoción. Por último dos chicos se acercaron a ellos. Por un momento Ruy quedó un poco sorprendido, pero sus dudas fueron confirmadas cuando uno de ellos dijo:

-Él es Amedeo y yo Dante, llevamos dos meses casados ¿Y vosotros?-Dijo con un acento italiano
-¡Anda, Felicidades!-Exclamó Regina sonriente- Ruy y yo ahora estábamos viviendo juntos, pero teníamos pensado que si lográbamos ganar nos pagaríamos la boda con el dinero del premio y así nos iríamos de luna de miel a Kyoto. ¿Japón? te preguntarás, pues sí, tenemos muchas ganas en conocer el país, ya que mis padres...
-Hablas demasiado-Le dijo Ruy a la oreja haciendo una mueca.

Al instante Regina contuvo sus palabras ya que por un momento había olvidado que todo se trataba de un concurso de convivencia y más valía no dar mucha información personal no fuera caso que aquella fuese la pareja equivocada con la que entablar amistad.

-¿¡Joder!? ¿Cuándo va a empezar esto? Con la tontería llevamos aquí más de dos horas-Dijo Naiara dirigiéndose a los cuatro- Encima mira como tengo las maletas, llenas de mierda.
-Es que tampoco han dado mucha información, tan solo unos emails y lo de la web, pero nada más.-Siguió Regina quejándose por lo que anteriormente había comentado también con su novio.
-¿A vosotros también os han hecho el paripé musical ese?-Preguntó Javier agarrando a su chica de la cintura.
-Sí, casi salgo por patas. Es que al ver todo esto tan digamos “lujoso” he pensado: ¿Dónde me he metido?-Respondió riendo- Tan solo me faltaba el concierto musical ese.

Tras unas palabras iniciales todos comenzar a agruparse para hablar entre ellos, sobre su llegada y como creían que sería la dinamica de juego. Regina y Ruy agotados por el viaje se sentaron rodeando el fuego, el cual en primer plano descubrieron que tan solo se trataba de un decorado artificial que desprendía luz y calor. Al fin y al cabo tan solo lo utilizarían para eso- pensaron-.

Una vez con los nervios calmados y un tanto despejados se escuchó una extraña frecuencia que hizo irritar los tímpanos de los presentes. Consecuente el malestar pasó y una voz femenina hizo presencia en la circular sala.

-“Bienvenidos”-

Al instante todos se pusieron en pie alzando sus cabeza hacia la cúpula estrellada.

-“Para todos aquellos que aún dudéis sobre la temática del programa…
Kogem no es un simple concurso, es un experimento sociológico conjuntamente relacionado con las diferentes investigaciones de parapsicología en reacciones humanas. Ahora mismo estáis situados en el planetario o también llamado Solarium, ya que esta sala será lo más parecido al mundo real que veréis durante estos tres meses. Me explico, cada doce horas el estado de esta habitación cambiará, en ocasiones será de día y en otras de noche. Sí sois inteligentes sabréis como usarla”
-Que pasada-Exclamó Abel totalmente sorprendido mientras cubría a Edurne con el brazo.
-“Pero antes de nada os recordaré que reglas debéis seguir. Todos seréis sometidos a una serie de pruebas dentro de la casa, a las que nosotros no os advertiremos, y claro está que deberéis superar. La pareja ganadora será la que logre llegar al final.”
-¿Entonces no nos diréis lo que es una prueba y lo que no?-Preguntó Javier, él novio de Naiara-Quiero decir ¿Cómo sabremos diferenciar que es una prueba y que es un problema real?

Tras decir esto hubo un breve silencio y cuando se dispuso a abrir la boca para repetirlo de nuevo la omnipresencia le interrumpió.

-“Eso deberéis descubrirlo vosotros mismos”-Respondió-“En este concurso nadie os guiará, deberéis seguir vuestro propio sentido común. Si obráis bien, ganaréis”
-¡Buah, que mierda!-Dijo Javier.

-“Al llegar a esta habitación habéis desbloqueado las puertas que dan acceso a los dormitorios, aseos y cocina. Cada vez que superéis una prueba, nuevas puertas se abrirán, para así llegar a las distintas zonas de la casa… y claro está, a la prueba final.
Bien, ahora deberéis buscar las habitaciones y repartiros en los distintos dormitorios.”-
-¡Ey! ¿¡Pero que clase de pruebas serán!?-Preguntó Javier alzando la voz de nuevo.

Pero lamentablemente nadie respondió.

-Yo me he quedado más o menos igual-Dijo Naiara agarrando una de las maletas y dirigiéndose hacia el pasillo.

Regina ayudada por su novio, sosteniendo el equipaje en alto para que no se ensuciase, siguió los pasos de los demás concursantes, mientras que de reojo observaba una cámara instalada en lo alto de una palmera seguir todos sus movimientos.
El pasillo ahora estaba iluminado y finalmente probando con todas las puertas hallaron las habitaciones abiertas. Junto a la entrada estaban los dos dormitorios, uno frente al otro separados por el corredor, los cuales constaban de un aseo individual con una ducha y varios retretes. Y un justo al lado de la entrada al Solarium se encontraba la cocina, la cual estaba formaba por una nevera, un sistema de vitrocerámica y un amplio comedor con un sofá mirando hacia una panorámica y estrecha pantalla de plasma.
Tras hacer una visita al comedor no tardaron en repartirse los dormitorios, Regina junto a su novio compartieron habitación con dos parejas: una era Edurne y Ábel, y la otra Amedeo y Dante. Las tres camas estaban perfectamente hechas, todo impecable, ni una mopa de polvo circulaba por el azulado y alfombrado suelo. Eso sí, la habitación estaba repleta de espejos empotrados en la pared, al igual que en casi toda la casa, donde intuian que estaban ocultadas las cámaras.

-¿Y de donde sois vosotros?-Preguntó Dante, un chico de ojos verdes y cabello castaño corto depositando la maleta sobre la cama, mientras que su novio abría un especie de neceser que llevaba colgando del hombro.
-Nosotros somos de Andorra-Respondió Abel, el chico albino.
-¿Andorra?-Preguntó Ruy desconociendo dicho lugar mientras introducía las ropas en los distintos cajones de la cómoda.
-Sí, es un principado junto a España, rozando los pirineos.
-¡Me encantan los pirineos!-Exclamó Regina- El año pasado fuimos y nos pareció precioso ¿Cómo se llamaba en la zona donde nos alojamos?-Le preguntó a Ruy.
- Vall de Nuria ¿habéis estado? El lugar es muy bonito.
-Bueno, solo hace un año que nos conocemos-Añadió Edurne también sacando las cosas de su equipaje- A los siete meses nos casamos, y no hemos viajado mucho, pero yo fui por mi cuenta a esquiar con mis amigos.
-Si que habéis ido rápido-Dijo Dante estirado sobre su cama de matrimonio correspondiente.
Edurne le dirigió una sonrisa y sacudió los hombros- ¿Qué quieres? Fue amor a primera vista.
-No le hagáis caso, es un pasota cuando me pidió matrimonio lo segundo que pensé fue: ¿Cómo puedo casarme con alguien tan perro?
-Idiota-Dijo Dante con una sonrisa desafiante a la vez q le lanzaba un cojín a la cara.
Ruy observó a Regina con un cierto desosiego, al verla reír ante la situación percibió que toda aquella preocupación y nerviosismo en ella finalmente se había esfumado.
Pero lo que él desconocía es que se trataba de una pura fachada para que no se preocupase; tenía la sensación de que algo no acababa de encajar ¿falta de información? puede ser, pero mientras escuchaba tras los espejos el sonido giratorio del objetivo de las cámaras enfocarla, un nudo en su garganta se formaba.





Continuará...

Texto agregado el 28-02-2008, y leído por 115 visitantes. (0 votos)


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