No estoy enojado, estoy triste
¿Cómo podría estar si este espacio mío y tuyo se deshace en polvo
Partículas que desaparecen en el aire y me arañan la piel?

No estoy enojado, estoy triste
¿Cómo podría sentir este duelo en el que pierdo?
¿Cómo podría lamentarlo en el sinsabor amargo de mi piel que te busca, de mis letras que no te encuentran, de mi pensamiento que te añora?

No estoy enojado, estoy llorando
¿Cómo podría ser de otra manera?
¿Cómo podría reaccionar ante el desmembramiento de mi deseo?
¿Dónde forjar otra vez este espacio que no existe más que entre nosotros?
¿Cómo deshacerme de este sentimiento que no encuentro en mi cama, que trato de destejer y se teje en otro rostro?

No estoy enojado, me sublevo
Me perturbo ante lo que no puedo cambiar
Me inquieto por lo que decides una y otra vez fuera de mí
Me desespero por lo que no tengo
Me rebelo porque te me escapas entre los dedos

No estoy enojado, me defiendo de ti
Máscara de indiferencia que no logro
Letras que tratan de reconstruirse y que regresan a ti
Regresan a un camino sin destinatario
Retornan a donde ya no se les llama
Letras rebeldes…

No estoy enojado, tengo miedo
Miedo de seguirte anhelando
Recelo de que mi cuerpo te siga extrañando
Temor de no cerrar este espacio que se vuelve inerte.

No estoy enojado, te extraño y no quiero decirlo más.