Deja que la sangre fluya
Que la vida escape tibia de tus venas
Que el dolor abandone tu cuerpo y alma
Húndete en el olvido del sueño eterno
Deja que la sangre escurra
Desde tus venas hasta el suelo
En pequeñas gotas de tibieza carmesí
Y que la roja marea que da vida a tu cuerpo
Se lleve tu temor y desesperanza
Deja que la sangre corra
En pequeños ríos sobre tu piel
Y que su manto de roja seda
Cubra tu cuerpo lleno de frío
Deja que la sangre surque
Tu rostro con llanto de roja iridiscencia
Deja que llegue hasta tus labios
Y saborea en esas lagrimas granate
La dulce y oscura liberación
Deja que la sangre se consuma
En la crepitante llama de la muerte
Deja que se queme como incienso
Y que el embriagante aroma que libere
Guíe tu alma al descanso eterno
Texto agregado el 28-02-2008, y leído por 244
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Lectores Opinan
30-08-2008
Tiene mucha fuerza y romanticismo tu poesía, me encanto, pienso que es muy bueno, me gusto mucho también que uses un amplio vocabulario pues demuestra tu nivel de escritura, leeré más. markus_krant
28-02-2008
uishh..fuerte..como me gustan a mi...dejar fluir la sangre vieja -unicamente- y recrearse con la nueva, la fresca, la transparentemente viva.. Mildemonios
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