Ven, toma mi mano. Acompáñame, hagamos una vida juntos. Llegará el momento en que recordemos estos momentos como algo lejano, mágico. Porque estaremos juntos. Te llevaré a lugares que nunca imaginaste, veremos pasar el tiempo juntos.

No puedo prometerte mucho, no sé si siempre estaremos bien ni si podremos salir adelante. Pero puedes tener la seguridad de que estaré contigo, no importa lo que pasé ni cuán difícil pueda resultar. Contigo, juntos, a pesar de todo. No te preocupes por el mañana, ya llegará y lo enfrentaremos.

Nunca más volverás a dudar de cuanto vales, de lo importante que es tu presencia en este mundo y en este lugar, porque yo no me cansaré de decírtelo al oído. Nunca sentirás la soledad otra vez, al menos no mientras yo pueda estar contigo y hacer lo posible y lo imposible por hacerte feliz, por dibujar una sonrisa en tu rostro.

Quiero ser para ti lo que tú eres para mí, mi ilusión, mi vida, mi esperanza. Todo. Tú me acompañas en cada momento de mi vida, porque siempre pienso en ti.

Ven, acompáñame. No temas. Tal vez llegue el día en que tu felicidad no se encuentre ya a mi lado, y está bien. Si eso sucede no dudes en irte, comprenderé. Siempre estaré aqui para ti.

Porque puedo seguir caminando entre la oscuridad, mientras siga escuchando el sonido de tu voz. Aunque sea sólo en mis recuerdos.