Uno de los dos tiene las cartas, el otro los Ases.
Todo esta en juego amor mio, todo esto es una apuesta feróz que se come poco a poco la poca vedadera cordura que me queda.
Por que si una vez amé locamente, descarnadamente; como suelen amar los poetas y los cuentistas dementes, ahora tengo miedo de poner todo en la mesa y con un hacha enorme cortarlo pedazo por pedazo para meterlo como apuesta a este juego de poker mortal, abusivo y lleno de trabas y trampas.
Han pasado ideas en mi cabeza y en mis sueños te veo junto a mi, te beso, te abrazo y toco tu piel sedosa y suave como los pétalos de las gardenias y el jazmín de mi calle Chubut, veo tus ojos como lunas que brillan sobre el mar que nos vió una vez, en sus arenas o entre sus rocas, y curan una a una mis heridas y tus cabellos fragantes que se alzan hasta el universo tapizado de estrellas me envuelven en un danzón nocturno y hermoso.
Veo tus fotos, y me arrancan latídos nuevos de mi corazón. En el mar, en los cerros, en la puna, como recuerdos de días ya pasados.
Pero todo esta en juego y tengo miedo de perderte, de perderlo, de quedarme aquí acostado viendo solamente el techo inmóvil, quieto, como si estuviera definitivamente, frío y estúpidamente muerto.
Espero ver tu primavera y llegar a diciembre para ver si aún sigo vivo y saber donde estaré.
Te amo mi mujer hecha de flores, te necesito y quiero que tu seas mía como de nadie mas pero no dejo de pensar que todo aún está en juego.
Dame las cartas, que aún conservo los ases.
|