Deje de ser la mujer que era
para un día despertar siendo otra
pensando libre y fresco soñador sereno.

Deje de ponerme la ropa apretada que a los sentidos limitaba, mis pasiones aunque descubrí que no tenia refugio,
que no encontré el consuelo en sus brazos que es cruel y exigente,
incapaz de acercarme a el con el consuelo que el cuerpo pide.

Pidiendo acrobacias a una inexperta,
deseando que ella fuera otra que todavía no sabia ni que en ella existía,

y aunque todos lo duden mi contradicción me atormenta por que me sentí diosa y deseada fuerte y tormentosa, como la tierra que limita al agua, la tierra que apaga al fuego.

La tierra fértil y provechosa para cultivar que provee frutos a su buen sembrador, la tierra que tiene provecho y alegría e incertidumbre,
soy la vida y la muerte la continuidad de mis días,
que no logro borrar el pasado por que solo existen sus secuelas.

No hay mas nombres que el del hombre que es mi sembrador, no hay mas camino que el de mi andanza soy libre.

y te quiero como amigo, como amante, y amor,
pero si crees que necesitas ser agua, viento, y fuego.

Ya no puedo dejar mi fénix, por quien me ama en cenizas.