Cuando menos te esperas caen noches enteras
llenas de preocupaciones e insatisfacciones,
tormentosas noches de reflexión en los miedos más profundos de mi corazón
como aquellos que no dejan descansar el alma.
Cuando menos te esperas las cosas cambian
en un giro interminable de dudas,
felicidad que puede catalogarse de ingrata
al no tener nada de lo que se desea.
Cuando menos te esperas la confusión juega con la mente,
los deseos se incrementan, los químicos de la alegría actúan
dejando devastadores cambios a su paso
y solo queda el desespero de lo que viene.
Cuando menos te esperas la vida te muestra los anhelos frustrados,
dejándolos como felicidad pura
disfrutada por ajenos que si supieron aprovechar
ese único momento de locura.
Cuando menos te esperas la locura ya es una compañera, invisible, con calor familiar, y con ese toque de fina coquetería que la hace única en los momentos mágicos que son imprevistos.
Cuando menos te esperas ya las cosas no volverán a ser como antes, el cambio inevitable sólo se puede espectar, hay que olvidarse de tocar, por que en esa estancia es donde los sentidos llegan al extremo.
Cuando menos me esperé ella ya era inalcanzable,
el tiempo no fue un buen aliado, los sueños peor aun,
la frustración ahora es una facultad, que me aleja de los miedos y me protege del dolor.
Cuando menos me esperé me di cuenta de que me había escudado en lo más bajo para escapar de lo inevitable, el precio a pagar por ello es incalculable,
ahora hago lo posible por retomar esa responsabilidad.
Cuando menos me esperé fui feliz, por que deje de lado todo pretexto que me exponía para escapar de los brazos tibios de la alegría, ahora me dejo guiar por nuevos sentimientos que me invaden aleatoriamente.
Cuando menos me esperé el agrio sabor del triunfo fácil que me puso en tela de juicio, nada pasa sin tener repercusiones más adelante en este capitulo a punto de terminar, unas cuantas letras más y llegare.
Cuando menos te esperas ya me he ido
tan lejos que ni el alma más apegada llegaría,
ahora, esta la prueba de acompañarme a esta lejanía
en el fondo de mi mismo.
Cuando menos te esperas la oscuridad más profunda destruye tus huesos, no te deja respirar, el frío es tan arduo que no cabe ni en la imaginación más dotada
y te me vas simplemente por que jamás estuviste conmigo.
Cuando menos me esperé te veo distante,
ajena al aire y a este mundo, eres la foto velada de aquella imagen que siempre quise guardar de un recuerdo inexistente,
ahora eres simplemente una textura más de esta exposición interminable de sentidos.
|