Las burbujas de cristales
se rompen en nuestros
pasos sin parar.
Nos adormece en
cada parpadeo,
en cada suspiro húmedo
que dejamos escapar.
El soplo constante del
cielo melancólico,
nos acaricia bruscamente
para sacudir
la fatiga de los días.
Y mientras perdemos
cuenta de los pasos,
nos mojamos.
Nos empapamos
y nos dejamos ahogar
en las lágrimas del destino
que nos encuentra un
instante, bajo su
hechizo gris.
Texto agregado el 28-02-2008, y leído por 118
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
28-02-2008
Bien, me estremece esa facilidad que tienes para mostrarnos tus imágenes, buen uso del lenguaje y excelente texto. Saludos desde Iquique Chile. esposo_de_mitsy
28-02-2008
sol! econtumente
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