¿quién será el mejor escritor?, me preguntaba mientras cogía un nuevo libro a leer. este era un libro de cuentos y nada mas... miré en Google la historia del autor y supe que era uno mas del montón de escritores que gana y gana premios y reconocimiento, amigos y, mucho dinero, si tiene esa suerte. dejé de estudiar su vida y me puse a leerle. no pude con mas de dos o cinco líneas del libro y lo cerré, a pesar que era muy reconocido.
decidí salir de compras. era mi cumpleaños y aunque nadie lo sabía, sentía que Dios sí tenía algo para mi vida. entré a un restaurante y me dije, mientras miraba a todas las personas que veía junto a sus hijos, mujer y amigos. ¿quién será la persona mas feliz?. miré a uno por uno y me puse a ver cuantas veces sonreían, peleaban, comían y al pagar o leer la cuenta, se alegraban. pocos fueron aquellos que cumplieron mis ideas. seguí a uno de ellos. le vi subir a un auto 4X4, nuevo y de color negro. vestía bien y sus hijos estaban sanos y contentos. su mujer no tanto, parecía agotada... tomé mi auto y les seguí. vi que entraban a una casa de lujo. me paré no tan lejos y me fijé que estaban llenos de empleadas. vi salir al sujeto o padre de familia en una moto lujosa y de buena marca. le seguí y vi que paraba en un café y recogía a una linda jovencita que con un beso supe lo necesario. regresé a la casa lujosa y vi a la esposa con uno de sus hijos, saliendo hacia el mercado. entró y vi que compraba y compraba cosas y mas cosas. de pronto la vi bajar la mirada y supe que maldecía su suerte, a pesar de que acariciaba su bello hijo de no mas de seis años. la vi regresar a su casa, entrar y cuando estaba por abrir la ventana, escuché que sonaba el fono. la oí gritar y salir disparada hacia un lugar. la seguí y la vi entrar a una casita. habían muchas personas y muchas de ellas la reconocían. es su madre y ha fallecido, decían. entré y saludé a todos, diciendo: soy amigo de la señora. pase, decían. legué adonde la mujer y la abracé por su desgracias. gracias, me dijo. me despedí y subí a mi auto pensando que nadie era feliz, al menos esta noche...
llegué a mi cuarto y me puse a escribir, y conté cuanto viví durante el día y la noche. fue gracioso. mientras escribía, sonreía, como espectador de una obra de arte. sí, nada está en mis manos, nada, excepto, escribir, pero, ¿se puede escribir sin desear nada mas que escribir?
san isidro, febrero del 2008
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