Son de seda tus palabras,
bailarinas de pies ligeros,
danzan al ritmo de mis pensamientos,
parecen tener el don de la clarividencia,
precipitarse ineludibles
en el bolsillo de lo cotidiano,
(obviamente a nadie digo lo que a ti)
Mientras duermes ,
creo sentir
que mi alma navega en tus sueños
y es de algodón
el cinturón que llevo,
los zarcillos de esperanzas verdes,
y la falda de telas perfumadas de te amos.
Dejaré un beso en estas páginas azules
para que lo tomes
cada vez que hacia mí dirijas tus deseos.