La nube
sacude su cabellera
bañando la fertilidad del campo
arrasando con su torpe
dislocar a las moléculas de agua
viniéndote en gotas traslúcidas
dejándote caer desde el diminuto cielo
al infierno que es mi cuerpo
La tormenta
arrastra artífices de barro
trae en su discurso
relámpagos y tablas
enmohecido el orbe
reverdece con el líquido
que viertes cuando exhalas
te decia que llover
mi piel
haría de mí
uno de tus santos.
Texto agregado el 26-02-2008, y leído por 308
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
17-05-2008
Hay fuerza y ternura, y por supueso creatividad en este poema. jabbier
14-05-2008
Llover en un cuerpo ajeno o que te lluevan en un suspiro, deja ciertas marcas imborrables en el alma. NANAI
27-02-2008
Un buen poema. margarita-zamudio
27-02-2008
'te decia que llover
mi piel
haría de mí
uno de tus santos'..es precioso eso..todo lo q cabe en el agua.. Mildemonios