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Oye tu que esperas ahí sentado, como dormitando en el tiempo, esperas que el destino te traiga una princesita con los ojos vendados, que este cansada y haya sedado su corazón mente y razón, por lo tanto no pueda ver tus defectos, esos que escondes bajo la mascara de tus palabras de escritor estropeado, de historias extrañas que endulzan los oídos de la pequeña princesita vendada, que camina y viaja por la ciudad entre los edificios, casas, bares, rostros, piernas, manos, pies, carteras, basura, ojos, sonrisas, lagrimas, sueños, besos….y de repente se encuentre tan de frente con tigo, con tan perfecta presencia de tu cuerpo, en una noche cotidiana de esta ciudad que jamás descansa, que vea tus pequeños ojitos de indefinible color, tus manos, esas manos grandes, desnudas, fuertes, ágiles, limpias, blancas, tan imperfectamente humanas, si, esas manos que desea que estén sobre su cuerpo, que desnuden sus brazos, su abdomen, sus piernas, sus pies, que toquen sus senos, su ombligo, sus labios, su espalda, que se deslicen por sus piernas, que extiendas tus dedos y los introduzcas dentro de su propia humanidad. La princesita desea tus manos, las reconoce como propias, pero tu no te das cuenta, tu estas examinado el rostro de la princesita, esos ojos grandes y almendrados, su pequeña nariz, esas dulces y delgadas líneas que reconoces como sus labios, rojizos, sus suaves y torpes movimientos…que princesita tan curiosa, piensas, y te impulsa ese frenesí de tu pecho a hablarle de nuevo, a tratar de conocerla por segunda vez, palabras que ruedan por el viento, la brisa, llegan hasta los oídos de ella, que te mira despistada y responde suave, tu continuas hablándole deletreando cada palabra lentamente con tus deliciosos labios, ella simplemente escucha y responde con monosílabos, ja, esos que tanto te molestan a ti. Sonríes amablemente ante cada frase que ella dice, hasta que deciden caminar juntos por las calles de esta ruidosa ciudad, tú caminas con los brazos dentro de tus bolsillos, ella con los brazos cruzados, caminan lentamente, pausado, le preguntas por que siempre que no hay un destino fijo las personas caminan lentamente, como lo están haciendo ustedes ahora, ella sonríe, no responde, nunca sabe que decir.

Te emocionas tanto contándole cada cosa que pasa por tu cabeza y divagando por tus ideas tratando de encontrar una razón del el por que ella esta en tu vida, por que se empeña en estar en tu camino, le dices que es el destino, que todo estaba planeado para que se encontraran, ella ríe, divertida de que la encuentres tan inocente, piensa que esas palabras se las han dicho muchas veces, siempre queriendo conquistarla… se burla de tu tímido aire de superioridad, pero le gusta que la veas así, te dice que si, que probablemente todo sea un juego del destino; y entonces tú al ver que las palabras que le dices están tomando sentido para ella, también toman sentido para ti, y sientes que la necesitas, y se lo dices, le dices que quieres que le des un poquito de ella.

Empieza a llover por la ciudad, y tu amablemente y como siempre has visto en las películas te quitas tu abrigo y se lo entregas a ella que, cómodamente lo recibe, y lo acoge en su piel disfrutando el olor que este tiene, a perfume de hombre con un poco de tabaco, siempre ha disfrutado tanto este tipo de olor, que se da en personas tan particulares, lo reconoce y lo acepta, le alegra que venga de ese ser que quiere tener un pedacito de ella.
El lentamente posa un brazo sobre ella atrapándola suavemente, a ella esto no le incomoda, al contario la hace sentir tan protegida, quisiera dormir abrazada de ese brazo, pero no se lo hace saber, simplemente continua caminando, escuchando teorías que el cuenta de una forma tan graciosa, y entonces ella piensa que el se entusiasma con cosas tan banales, ella sonríe divertida de ti, de tu sonrisa de tus gestos, de la forma como levantas tus cejas cuando algo te emociona, de esa mirada que cree inspeccionarlo todo, de tu nariz …

Vamos a compartir un camino, vamos a inventar una ilusión, y con esa ilusión, protegernos de nuestros propios miedos, ven dame tu soledad te la canjeo por la mía que esta un poco rota, me la han estado quitando a pedacitos, te la doy para que la reconstruyas y ya completa pueda pertenecer a ti, mira princesita tratare de remendar la tuya y así sobre ella recostar mi tristeza para que cicatrice junto a la tuya….
Te entrego mis sentidos como excusa de posibles sentimientos, me sumerjo en tu existencia, mi refugio, inventemos ilusiones a trabes del contacto de tu cuerpo, de mi cuerpo, de tu mente y sus inútiles saberes, de mi sed de sueños, sueños rotos como tu soledad, vamos a tomar los atajos de caminos que no existen para llegar a ningún lado, donde lloraremos melancolías, de espaldas y en silencio por que tu rostro y el mío no se reconocerán, solo serán presencias….solo quedaran en la mente…en el olvido.


Una, dos, tres cervezas una tras otra bebe tranquilamente la princesita mientras te observa y escucha tus palabras, las necesitaba, necesitaba la sinceridad de un egoísta y sintiéndose tranquila con la verdad que no puede doler mas que las mentiras que puedas esconder, se sumerge en tus brazos, tu la observas, acogida en el calor de tus abrazos, que bonita he ingenua princesita piensas, ella se levanta te mira, tu rápidamente te acercas a su boca, a sus labios, no quieres que se te escape el momento y la besas lentamente y con toda la intención del acto, ella te recibe y saborea tu lengua quiere robarte las palabras de tu boca para saberlas y no escucharlas de ti, al menos en su boca las modifica y las convierte en quimeras, es su intención mas despiadada, robarte silenciosa y suavemente. Se observan y sonríen se divierten de una nueva historia que a nadie le importara. Cuatro, cinco, seis cervezas ya me canse por esta noche te dice la princesita, ahora me voy, quiero dormir, a ti no te hace gracia la idea pero aceptas que es suficiente por hoy, y la dejas ir como todo, no te apegas a nada, solo a ti mismo. La princesita te observa mientras se aleja, ríe por lo bajo, sola y silenciosa, otro crimen piensa, me he robado tus palabras.

Texto agregado el 26-02-2008, y leído por 126 visitantes. (0 votos)


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